La academia mexicana de ciencias, CONACYT y otras instituciones de alto nivel académico, me reconocieron en el año de 2005 como el científico del año, las Naciones Unidas me otorgaron en Londres el Premio Marítimo Internacional, único marino de habla hispana que ha merecido tal distinción y créanlo o no, pero todo se lo debo a mi abuela, que merced a su cariño y cuidados, logre lo que muy pocos científicos han logrado en este mundo, nada menos que Doctorarme en el primer año de primaria. Tengo en mi archivo más de 80 reconocimientos de varias instituciones.
Necesité de cinco años para poder pasar a segundo de primaria, en virtud de que mi abuelita me quería mucho y deseaba mantenerme a su lado, durante los años de 1937 a 1941 me soplé esos años bajo el cuidado de mi abuelita, le gustaba tenerme a su lado, por lo que solo me presentaba en la escuela y al menor descuido de los maestros me escapaba a la casa donde mi abue me esperaba con sus caricias y juegos. Por lo anterior terminé la primaria en 1946 a los 16 años con el honroso título académico de doctorado en primer año de primaria. No cualquiera logra ese mérito, para mi desgracia mi abuelita falleció en 1941 y yo necesité asistir en forma rutinaria a clases, de lo contario hubiera seguido varios años más en primero de primaria.
En estos aciagos días, los mexicanos están muy apesadumbrados por causa de la posible inasistencia a la escuela con motivo de la pandemia, todos tienen pánico del contagio y las fórmulas que se plantean son de lo más absurdo, muchos niños no podrán cumplir con la normatividad de enseñanza que se está proponiendo, se requiere tener computadora en casa y saber manejarla, cuando los niños y sus papas hayan aprendidos, a lo mejor la pandemia ya se olvidó de los mexicanos y quedaremos en un impasse educativo, pues supongo se deberá retornar a la enseñanza presencial. Muchos infantes de origen humilde perderán el año escolar o el conocimiento, comparado con los que recibieron la enseñanza virtual.
Algo no se está haciendo como debe de hacerse, perder un año de estudio no tiene la mayor importancia, el conocimiento perdido se repone al siguiente año con cursos intensivos de los maestros, pero en estos momentos lo más importante es la salud, la sobrevivencia de los maestros y muchos alumnos, perder un año escolar no afectara en nada a la humanidad, relaté mi experiencia para mostrar que el conocimiento se adquiere o se recupera sin mayor esfuerzo, son los padres, más que los maestros quienes deben cuidar la enseñanza elemental, inducir a sus hijos a que lean, lo que sea, cuentos, novelas, películas, distraerse, el año perdido se recupera pero la vida no, por tanto ¡OLVIDENSE! de programas mafufos de enseñanza apremiante anti pandémica, dejen que los niños jueguen, condúzcanlos al ocio creador y creativo, música y canto, mucho les ayudará cundo el COVID19 esté superado, lo cual se logrará, yo perdí cinco años de primaria y en el mundo entero me declaran científico extraordinario, solo me falta inventar el agua hervida y demostraré que es mejor perder un año antes que perder la vida. ¡AGUAS!
Agosto 29 del 2020 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf |
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