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Xalapa, Ver.-
Con base en datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), seis de cada 10 mexicanos considera que vivir en su ciudad resulta inseguro y la mayor percepción de inseguridad se registró en Culiacán, Sinaloa (88.3%), Irapuato (88.2%) y Chilpancingo, Guerrero (86.3%).
El reporte destaca que las ciudades que registran la menor percepción de inseguridad son San Pedro Garza García, Nuevo León (8.9%); Piedras Negras, Coahuila (15%), y la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México (15.6%). En ese tenor, durante el tercer trimestre de 2025, 40.6% de la población manifestó que modificó sus hábitos respecto a llevar cosas de valor, como joyas, dinero o tarjetas de crédito, por temor a sufrir algún delito. La encuesta fue realizada en 91 áreas urbanas y refleja una ligera variación con relación al trimestre anterior, pero mantiene a la percepción de inseguridad como uno de los principales problemas que afectan a la población. Los lugares donde los mexicanos se sintieron más inseguros fueron los cajeros automáticos en vía pública, con 71.7%; transporte público, con 64.9%; en la calle, con 64.4% y en la carretera, con el 57.1%. La Secretaría de Marina se mantuvo como la institución con mayor confianza para las labores de prevención y combate a la delincuencia con un 86.7% de personas que consideran que tiene un desempeño muy o algo efectivo. La Fuerza Aérea Mexicana recibió la aprobación del 83.2 %; el Ejército, con 83%; Guardia Nacional, con 73.2 %; la policía estatal, con 52.7 % y la policía preventiva municipal, con 46.8%.... EXPERTOS AMBIENTALISTAS consideran que las afectaciones registradas por el derrame de hidrocarburo ocurrido el 17 de octubre en el río Pantepec, en los municipios de Álamo y Tuxpan, serán graves y podrían prolongarse durante varios años. El incidente, originado en el oleoducto Poza Rica - Madero por la ruptura de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) con problemas de corrosión y falta de mantenimiento, liberó millones de litros de crudo que se extendieron por al menos ocho kilómetros del cauce. La fuerza con la que salió el hidrocarburo fue tal, que árboles enteros quedaron cubiertos hasta sus copas de petróleo, una imagen que ilustra la magnitud de la fuga y la presión con la que el crudo emergió hacia la superficie. Comunidades de Álamo Temapache y Tuxpan suspendieron la captación de agua potable ante el riesgo de contaminación, por lo que el gobierno federal, a través del Organismo de Cuenca Golfo Centro de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), por medio de pipas se encargó de llevar agua a la población. Los ambientalistas advirtieron que los residuos del petróleo pueden adherirse al fondo del río y al suelo, afectando por años la flora, la fauna y la salud humana mientras que la presencia en el agua podría generar problemas respiratorios, cutáneos y gastrointestinales si no se garantiza una limpieza completa. Se informó que tres empresas particulares y dependencias del gobierno federal trabajan en la contención y recolección del hidrocarburo, sin embargo, se requiere de un plan de restauración integral que garantice la recuperación del ecosistema y la compensación a las comunidades afectadas.
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