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XALAPA.- Para el integrante de la Asociación de Industriales del Estado de Veracruz (AIEVAC), Édgar Chahín Trueba, el proyecto carretero impulsado por el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), el cual contempla la construcción de dos nuevas casetas y la ampliación de carriles en la autopista México-Veracruz en su tramo carretero de Orizaba a Córdoba, con una inversión estimada en 5 mil millones de pesos, traería graves consecuencias para la región. El empresario afirmó que esta obra -que incluye casetas en la zona de Balastrera y cerca del Trébol de La Luz, en Córdoba, no solo carece de transparencia en su licitación, sino que representa una amenaza para la movilidad y la economía regional. "Nos tardamos casi 30 años en quitar una caseta entre Córdoba y Orizaba, y ahora quieren imponernos dos. En los motivos del proyecto dicen que buscan resolver un problema de tráfico, pero lo único que van a hacer es provocarlo, será una tragedia para la zona y para el país”, consideró. Chahín Trueba explicó que, durante el periodo de construcción, los cierres parciales y desvíos generarían colapsos viales de gran magnitud, afectando la principal ruta de conexión hacia el sureste del país. "Si hoy, cuando se poncha un camión o hay una volcadura, las filas duran horas, imaginen una obra de más de 40 kilómetros, de verdad que es un desastre anunciado, no hay otra forma de calificarlo”, afirmó. De igual forma, el empresario denunció que el proyecto avanza sin cumplir los procedimientos formales que exige la ley, pues afirmó que el Fonadin ya presentó la propuesta y está por emitirse el fallo del concurso, pese a que no se ha socializado el plan ni existe un proyecto ejecutivo disponible para su revisión. "Ni las autoridades estatales tienen información, nadie sabe de dónde salió ni cómo se autorizó, todo indica que el 30 de este mes se dará el fallo y el 31 podrían estar firmando el contrato”, advirtió. Agregó que la iniciativa se desarrolla bajo una lógica puramente recaudatoria, en beneficio de Fonadin y las constructoras involucradas, más que del desarrollo regional. "El único beneficiado será el concesionario. Entre 20 y 30 mil camiones diarios circulan por esa autopista y colocar dos casetas más es un negocio redondo. No hay justificación técnica ni económica que lo respalde”, sostuvo. Chahín Trueba recordó que la autopista Orizaba–Puebla atraviesa zonas urbanas densamente pobladas como: Nogales, Río Blanco, Orizaba, Fortín y Córdoba, y que por ese tramo transitan diariamente unidades con materiales peligrosos, lo que eleva el riesgo de accidentes. "No necesitamos un caos dentro del mismo trazo, lo que urge es un nuevo trazo carretero, no una ampliación que colapse lo existente”, insistió. También hizo referencia al derrumbe ocurrido en el kilómetro 230, que mantuvo cerrada la circulación durante semanas y ocasionó pérdidas millonarias. "Solo a nuestra empresa (Talleres y Aceros "TYASA") nos costó 230 millones de pesos, ahora imaginen el impacto nacional. Un proyecto como éste puede costarle al país miles de millones más. Es una triple tragedia para la economía, para la región y para la seguridad”, sentenció. El integrante de AIEVAC reiteró que aún hay posibilidad de dialogar con las autoridades federales y con Capufe, pero destacó la urgencia de revisar a fondo la pertinencia del proyecto. "No me opongo al desarrollo, pero no podemos aceptar decisiones tomadas sobre un mapa, sin conocer la realidad de la zona, y si este plan avanza, el daño será irreversible, el país no gana nada, al contrario, pierde mucho”, concluyó
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