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Xalapa, Ver.-
La reciente marcha convocada por la dirigencia estatal de la Sección 32 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en Xalapa, desató una avalancha de críticas que expone una fractura cada vez más profunda entre la base magisterial y sus representantes. Y es que, en Veracruz, cientos de docentes abuchean y muestran inconformidad en redes sociales y diversos espacios digitales contra los líderes sindicales, a quienes acusan de corrupción, simulación y traición a los intereses del magisterio. Lo que fue promovido como un acto de unidad y fuerza sindical terminó generando rechazo. Numerosos testimonios señalan que la participación fue escasa y forzada, con trabajadores presionados por sus superiores para asistir bajo amenaza de represalias administrativas. Las redes sociales se llenaron de denuncias que acusan prácticas opacas y clientelares dentro del sindicato. Las críticas se centran en el secretario general Daniel Covarrubias, a quien acusan de encabezar una cúpula sindical desconectada de las bases, enfocada en intereses personales y políticos. Entre los señalamientos más graves destacan la venta de plazas, el manejo discrecional de las cuotas sindicales y la manipulación de procesos de adscripción y cambios, donde —según docentes— se privilegia a personas cercanas a la dirigencia. En este contexto, medios locales han revelado la existencia de listas internas en los cambios de adscripción intrazonales, utilizadas para beneficiar a perfiles afines a la dirigencia sindical y excluir a quienes cumplen con los requisitos oficiales. Estas prácticas, de acuerdo con especialistas, vulneran los principios de transparencia, equidad y legalidad en la operación del sistema educativo estatal. “La marcha fue una farsa. No representa al magisterio, representa a un grupo que solo ve por sus propios intereses”, afirmó una docente que prefirió mantenerse en el anonimato. Otros docentes, de manera abierta, calificaron al sindicato como “una mafia sindical” que ha perdido toda legitimidad entre los trabajadores de la educación. La crisis de credibilidad que enfrenta la Sección 32 del SNTE podría agravarse si no se atienden las exigencias de rendición de cuentas, transparencia y democracia interna. Por lo pronto, maestros de diversas regiones del estado ya hablan de romper con el sindicato, al que acusan de abandono, represión y complicidad con estructuras de poder político. Así las cosas.
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