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XALAPA.- Lorena Romano Jaimes de 37 años hace dos años, fue diagnosticada con daño renal etapa 5, pero volvió a tener una oportunidad más de vida luego de contra todo pronóstico, médicos especialistas del IMSS la sometieron a un exitoso trasplante de riñón. En entrevista con Crónica, Lorena comparte que su enfermedad fue asintomática hasta que en el 2023, “un día todo estaba bien, y sólo sentí un dolor en la espalda y mucho cansancio”, la razón, se trató de un caso de enfermedad renal no filiada, es decir que no se encuentra una causa y que por su edad y buen estado de salud, el cuerpo fue capaz de compensar la pérdida de la función renal. Luego de ir al médico el diagnóstico fue: daño renal etapa 5. En enero del 2024 Lorena inició con terapia de diálisis peritoneal y meses después, los trámites para trasplante renal, pero el procedimiento no era viable ante elevados niveles de anticuerpos detectados en la valoración inmunológica, condición que no la hacía candidata al trasplante, ante el riesgo del rechazo del nuevo órgano. La experiencia de la doctora Lorena Noriega Salas, Cirujana Trasplantóloga adscrita a la Unidad de Trasplantes, de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE), del Centro Médico Nacional “La Raza” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), exploró la viabilidad de realizar en su paciente Lorena Romano, una técnica de “desensibilización” (plasmaféresis), y poder realizar el trasplante. En el caso de Lorena, la plasmaféresis permitió separa el plasma de la sangre y eliminar las sustancias nocivas como autoanticuerpos o toxinas y proceder al trasplante. Al respecto, la doctora Noriega Salas explica que el caso de su paciente fue un trasplante exitoso y se recupera en forma satisfactoria gracias a la plasmaféresis. “Este procedimiento no se realiza en todos los hospitales del país... Pese a los anticuerpos hicimos la plasmaféresis que es una especie de `limpieza´ de la sangre para retirar los anticuerpos y que la paciente estuviera lista para su trasplante y no hubiera un rechazo inmediato al nuevo órgano”. La doctora especialista subraya que la condición de Lorena es una situación con la que va a tener que vivir toda su vida, ya que muchas veces los pacientes que llegan a trasplantes pueden tener o no anticuerpos (ocasionado por trasfusiones o trasplantes previos o embarazos, éste último, fue el caso de Lorena que le pudieron haber generado los anticuerpos y va a seguir con ellos, pero con un seguimiento y medicación adecuada quedará controlada. La segunda oportunidad de Lorena, se la brindó su mamá, doña Rosa Jaimes Marfíl, quien no dudó en ningún momento en darle uno de sus riñones. Sin duda alguna, uno de los días más felices en todo este proceso, dice, fue cuando le llamaron del CMN La Raza: el comité de médicos había aceptado su caso, pero antes del trasplante debía someterse a varias sesiones de desensibilización. “Me citaron el 1º de septiembre (ese mismo día se quedó internada), ¡no lo podía creer! solamente recuerdo que pensé: Diosito sabe cuándo pone las cosas”. Lorena resalta que en todo el proceso que vivió, encontró en el IMSS médicos especialistas y enfermeras que la ayudaron a tener mucha fe en que todo resultaría bien, “siempre pensé que era preferible echarle ganas que dejar de intentarlo”. Lorena mostró un tatuaje que se hizo, el motivo, para recordarse a ella misma lo importante que es su vida: "yo me quiero, yo lucho, yo salgo adelante". A dos semanas de haber sido trasplantada, madre e hija han evolucionado favorablemente, el excelente estado de salud de doña Rosa y su hija Lorena les ha permitido una adecuada recuperación.
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