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XALAPA.- En el marco del Día Internacional de las Personas de Edad, el pasado 1 de octubre, el secretario de Educación Pública, Mario Delgado Carrillo, informó que, de enero a agosto de este año, 93 mil 341 personas mayores de 60 años se inscribieron en los servicios educativos de alfabetización que ofrece el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA). Del total, 28 mil 298 ya concluyeron y obtuvieron su constancia, mientras que 65 mil 43 continúan su proceso de lectoescritura, lo que refleja un avance histórico en la atención a este sector de la población. El titular de la SEP refirió que cada persona que aprende a leer, escribir o concluir un nivel educativo se convierte en ejemplo para sus familias y comunidades. Destacó que la perseverancia y entusiasmo de los adultos mayores demuestran que la educación es una herramienta de libertad, desarrollo y participación social que impacta de manera positiva en todo el país. Delgado Carrillo resaltó, además, que 31 mil 512 personas mayores de 60 años cursan la primaria y 37 mil 37 estudian la secundaria, lo que reafirma el compromiso del Gobierno de México por garantizar que ninguna persona quede excluida de ejercer su derecho a la educación, sin importar su edad o condiciones de vida. El secretario destacó que la meta de declarar a México territorio libre de analfabetismo es una tarea de Estado que permitirá promover la paz, combatir la pobreza de conocimiento y generar desarrollo económico. En ese tenor, reconoció el trabajo del INEA, que a través de su Modelo de Educación para la Vida (MEV) AprendeINEA ofrece a las y los adultos mayores una atención flexible, cercana y respetuosa, que reconoce su experiencia y fortalece su autoestima. Aseguró que estas acciones responden a los principios de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) y al Humanismo Mexicano impulsado por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, colocando a las personas en el centro de las políticas educativas. En este contexto, el titular del INEA, Armando Contreras Castillo, destacó que la educación para personas mayores no sólo representa un acto de justicia social, sino también una oportunidad de construir comunidad y fortalecer la cohesión social. La participación activa de este sector en la vida educativa del país dijo, es un ejemplo de que aprender es una tarea que no tiene edad límite. Por último, reconoció la labor de los adultos mayores que también se desempeñan como asesoras y asesores educativos en el INEA. Concluyó que su doble aportación transmite conocimientos e inspira con su ejemplo.
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