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XALAPA.- Será el sereno, pero los empresarios de 24 locales del Centro Joyero del Centro Histórico pusieron un ultimátum al Gobierno de la Ciudad de México, para que modifique su actuar al solapar el vandalismo y los hurtos a los locales en las marchas que utilizan el Zócalo para protestar contra las autoridades. Exigieron que en lugar de únicamente resistir las agresiones, las fuerzas de seguridad ataquen y arresten al crimen organizado que aprovecha el coraje que surge en las movilizaciones para cometer delitos, atracos a farmacias, tienditas y joyerías. Y es que, los comerciantes reportaron pérdidas de hasta 300 millones de pesos por los robos, saqueos y “actos de terrorismo” durante la protesta del dos de octubre, en la cual, el “bloque negro” anarquista dejó de lado el objetivo de la manifestación y se dedicaron a agredir a elementos de seguridad, destrozar bienes y tomar artículos con quilataje por arriba de 18 y 24. De manera inédita, la marcha para recordar el asesinato de los estudiantes en 1968, se transformó en agresiones, manifestaciones de odio hacia policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y en contra de fotógrafos y sociedad civil que transitaba por la Plaza de la Constitución; los anarquistas se “robaron” el motivo de la lucha y la llevaron a violencia extrema, lamentaron. Los comerciantes acusaron que las afectaciones son constantes en las múltiples marchas que ocurren en la Plaza de la Constitución, sin que alguna autoridad esté dispuesta a realizar detenciones a miembros de la anarquía que con libertad toma artículos de alto valor de los negocios. Aunque el Gobierno capitalino reiteró que no responderá a ninguna provocación en contra del partido Morena, los afectados pidieron que dejen esa actitud y apliquen el peso de la Ley a los ladrones. En el área de “Los Portales”, comercios que se ubican entre las calles Francisco I. Madero y 16 de Septiembre no se pudo abrir al público al día siguiente de los disturbios. No tenían mercancía para vender, ni estantes para exhibir las caras alhajas. Las cortinas quedaron inservibles, además de estar rayadas, no se pudieron abrir, ya que los golpes provocaron su descuadre; los letreros con nombre de la razón social de las tiendas también fueron destruidos. De las pequeñas aberturas en las puertas que los propietarios hicieron para ingresar, únicamente sacaron pedazos de vidrios y basura. En el interior casi todos los muebles son pérdidas totales, rayados y rotos. Para los afectados, los encapuchados son delincuentes, por lo que exigieron a la Fiscalía General de Justicia y a la SSC su captura inmediata: “para nosotros no es casual que este grupo haya venido con martillos y bombas molotov, venía preparado para generar este tipo de agresión. Reconocemos que la autoridad tuvo el dispositivo de seguridad, que puso las vallas, que alertó a los establecimientos mercantiles y que cerraron desde la 1 de la tarde. En una primera valoración, las pérdidas y por las ventas no realizadas, son de alrededor de 300 millones de pesos, y afectaciones a los negocios, a las joyerías, en una primera valoración, de más de 15 millones de pesos”. Los joyeros señalaron que debe de valorarse que las agresiones que se están dando podrían ser equiparables a crimen organizado, no solamente actos vandálicos. “Le pedimos al Gobierno de la Ciudad de México que revisen los protocolos de seguridad, porque no es posible que los establecimientos mercantiles, que es el corazón de la actividad del Centro Histórico, sigan teniendo este tipo de agresiones”, afirmó Gerardo López Becerra, representante del Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio. Según cifras de organismos empresariales como la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México (CANACO), al menos tres mil 442 unidades económicas cerraron anticipadamente, lo que impactó de manera negativa en ventas de más de 16.7 millones de pesos. El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana en la Ciudad de México (COPARMEX), Adal Ortiz Ávalos, reprochó que es inaceptable la furia desatada contra comercios y negocios, espacios que generan empleo y sustento para miles de familias. “La violencia irracional no tiene cabida en nuestra ciudad y la autoridad debe demostrar que nadie está por encima de la ley. La Ciudad de México es una ciudad de esperanza, y en ella no puede haber espacio para radicalismos ni irracionalidad. Desde la COPARMEX hacemos un llamado a construir puentes de conversación que permitan procesar nuestras diferencias con civilidad, siempre en el marco del Estado de derecho”, exigió. Noemí, encargada de cuatro sucursales exhibió que dos de estos establecimientos resultaron con graves afectaciones, donde los “terroristas” se llevaron todo lo que encontraron, pérdidas que corresponden de seis a ocho millones de pesos en inventario. “La policía estaba afuera mientras siete personas se metieron y los policías no hacían nada, dejaron que sacaran todo, rompieron todo y nos dejaran sin trabajar a los demás. Todos pusimos denuncia, pero empezaron a barrer, se llevaron la evidencia y muchas cosas, mandaron a barrenderos a limpiar todo ¿Por qué limpian? Tuvieron que haber dejado así para que vieran todos los daños que causaron, vidrios tirados; le aventaban el oro a las personas”, sostuvo. Amenazaron que el Gobierno capitalino debe indemnizar a los empresarios por los robos generados a causa del poco trabajo policial para detener a los responsables. Por igual, demandaron que se revisen de inmediato las cámaras del C5 que se encuentran frente a las joyerías. Entre las alhajas saqueadas están collares, esclavas, pulseras, anillos, relojes de alto costo y joyas con piedras preciosas cuyo valor de algunas piezas asciende a más de medio millón de pesos cada una.
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