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XALAPA.- Vaya caso, en lo que pareciera un hecho más de presunta negligencia médica en el sistema hospitalario de Veracruz – lo que demuestra que no es mejor que el de Dinamarca como presumió el ex presidente Andrés Manuel López Obrador -, una paciente identificada como Marina Hernández, luego de haber sido diagnosticada con tuberculosis el pasado domingo 14 de septiembre, ingresó al Hospital Regional de Alta Especialidad de Veracruz por inflamación y dolor en el abdomen; una semana después falleció y su familia acusa presunta negligencia médica. José Adrián Olazo, esposo de la víctima, afirmó que durante su hospitalización hubo una deficiente atención por parte del personal, primero por el puente vacacional de las fiestas patrias, luego por la falta de medicamentos y al final por la nula capacidad para intervenirla cuando estaba convulsionando. Aunque dijo que la mujer llegó caminando al Hospital, le detectaron taquicardia por lo que hubo la necesidad de internarla, la mantuvieron en observación varios días hasta que el viernes 19 de septiembre le introdujeron una sonda, pero un día después recayó, vomitó y presentó elevada temperatura. Sin embargo, como era fin de semana no había medicamentos básicos para suministrarle y controlarla, por lo que le pidieron comprar paracetamol inyectable; metamizol sódico (analgésico comparable al ácido acetilsalicílico); y otros fármacos que requería la paciente de 39 años de edad. "Yo lo compré porque sábado y domingo no hay medicamentos, entre semana sí se lo dan, pero también el clonixino lisina (antiinflamatorio no esteroideo) este también lo tuve que comprar porque no lo tenían, la mayoría (de las medicinas)" las tuvo que conseguir por cuenta propia. Le hicieron estudios, pero después por la tarde noche del sábado empezó a delirar sin que recibiera atención porque no estaba el doctor que la trataba no se encontraba; no querían hacerle nada porque decían que no estaba su especialista, nadie quiso darle medicamentos ni nada". Transcurrieron las horas y la situación empeoró, por la noche del domingo expresó malestar en el estómago, temblaba y tenía alucinaciones. "Fui al área que pertenece, al cuarto piso, le dije al médico 'oiga puede ayudarme porque mi paciente está muy grave' y me contesta de una manera muy déspota 'Mira ya pasé hace una hora y la veo bien' y le digo 'Usted la ve bien pero ella no es así, está actuando de otra forma por favor nada más vaya y chéquela'". Desde las 10:00 de la noche del domingo que reportó la gravedad en la que se encontraba Marina hasta casi las 6:00 de la mañana del lunes no acudió el médico, es decir, pasaron más de siete horas sin que nadie la revisara. En ese momento de desesperación buscó a alguien que le diera una respuesta y nadie le hizo caso. Cuando regresó vio que estaba peor: "Empecé a gritar ¡Ayuda! ¡Enfermeros! ¡Doctores! grité varias veces y fue así que empezaron a salir varios doctores y enfermeras que yo los buscaba y nunca los encontré". Momentos antes de que acudieran a ver qué ocurría le tuvo que dar respiración de boca a boca porque el oxígeno se lo habían retirado; "pero después un líquido se le había ido a los pulmones porque se escuchaban burbujas, como que se ahogó, en toda la noche no hubo nadie". Ahora los doctores le dicen que de todos modos en su casa o en el hospital iba a morir, pero en toda una semana no recibió la atención requerida para intentar salvarla. Por lo anterior, la familia analiza si presenta una denuncia penal para buscar justicia por lo que considera se trata de una negligencia médica. Cuando se buscó la versión del Hospital Regional sobre el caso, en la dirección respondieron que la Secretaría de Salud estatal, dependencia a la que le corresponde, tiene que dar la autorización o en su caso emitir un comunicado o tarjeta informativa al respecto. Así las cosas.
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