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XALAPA.- La falla cardiaca se puede presentar desde la gestación, por lo que el recién nacido requeriría un trasplante de corazón. Estos son los casos más graves y esporádicos. Leslie Ramírez Angoa, médica adscrita a la Clínica de Falla Cardiaca Pediátrica del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez (Incich) explica que la mayoría de niños con el padecimiento viven varios años con fármacos y hay otros para quienes pasa desapercibida la enfermedad por la capacidad de sus organismos para compensar la deficiencia. La especialista explica que le ha tocado ver pacientes que llevan una vida casi normal. Juegan, corren y tal vez se cansan antes que sus compañeros, pero siguen. No obstante, se les nota el padecimiento porque no suben de peso y eventualmente progresa. Una vez que se controla o corrige la malformación, continúan adelante, afirma. Estimaciones científicas señalan que la falla cardiaca que provoca el crecimiento y deterioro en el funcionamiento del órgano se presenta en uno de cada millón de infantes. El instituto atiende a población infantil y a la fecha, dice Ramírez, tenemos cientos de pacientes para el tratamiento específico de falla cardiaca. Es un problema que está creciendo mucho. En la consulta externa, los médicos atienden todos los días alrededor de 25 pacientes pediátricos con cardiopatías congénitas y adquiridas. Lo relevante para Ramírez Angoa es que con el avance de la medicina en los pasados cinco a 10 años aumentó la disponibilidad de productos con alta eficacia en el control de los daños provocados por la falla cardiaca, entre otros, las arritmias. El inconveniente es que la investigación para el desarrollo de nuevos fármacos se realiza con adultos, por lo que transcurren algunos años para realizar más pruebas y poder prescribirlos a la población infantil. En esto también trabaja el Incich. La médica Gabriela Pereyra, jefa de la Clínica de Falla Cardiaca Pediátrica, actualmente forma parte de un ensayo clínico internacional sobre la molécula vericiguat, la cual en adultos demostró eficacia para el control de cuadros graves de falla cardiaca. Los pacientes mejoran su calidad de vida, tienen menos ingresos al hospital y menos complicaciones. Pereyra comentó que la primera de estas intervenciones en niños se realizó en Texas, Estados Unidos, en la década de los 80 del siglo pasado. En México, el primer trasplante cardiaco pediátrico tuvo lugar en 2001 en el Hospital Infantil de México Federico Gómez; en 2023, el Incich inició el programa con el cual ya se han realizado cinco cirugías sustitutivas en adolescentes entre 12 y 17 años.
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