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XALAPA.- En medio del hermetismo de las autoridades policiacas se investiga el asesinato de un joven vaquero ocurrido la noche del pasado martes en un rancho propiedad de la familia Guzmán Avilés, en Tantoyuca, sin que hasta el momento se reporten personas detenidas. El crimen se registró en el rancho denominado “Las Marías”, propiedad de la familia Guzmán Avilés, y la víctima fue identificada como Roberto Carlos Santos de la Cruz, de 20 años de edad, originario de la localidad de Rancho Nuevo, San José, congregación Santa Clara. El joven trabajaba en otro rancho de la misma familia, llamado “El Herrero”. La familia del occiso señaló que alrededor de las 19:00 horas del martes un primo pasó por él para trasladarse juntos al rancho “Las Marías”. No fue sino hasta las 23:00 horas cuando sus familiares recibieron la noticia de que Roberto Carlos había sido asesinado. Según versiones extraoficiales, el joven habría acudido a visitar al administrador del rancho, quien ahora figura como el principal sospechoso del homicidio. Sin embargo, la presunta intención de ocultar evidencias llevó al administrador a solicitar la presencia de elementos de la Policía Municipal, no de la Estatal, quienes fueron los primeros en llegar al lugar de los hechos. Al arribo de los familiares al rancho, los elementos policiacos mostraron una actitud agresiva y prepotente, impidiendo el acceso al lugar del crimen a todos excepto al padre del joven. Ni la madre ni la esposa pudieron ver el cuerpo. Posteriormente, las autoridades actuaron con opacidad, pues tras el levantamiento del cuerpo no permitieron a la familia acudir al SEMEFO, y solo les informaron que serían avisados cuando podrían reclamar el cadáver. Hasta el momento, la familia Guzmán Avilés no ha emitido declaración alguna al respecto, y no se ha informado de ninguna persona detenida. La familia del joven teme que, dada su precaria situación económica y el peso político y económico de los dueños del rancho, el crimen quede en la impunidad…..EL DOMICILIO de José Homero Domínguez Landa, también conocido como "Jonhy", candidato del PRI a la Presidencia Municipal de Atzalan, fue víctima de una agresión armada. De acuerdo con los reportes, los agresores realizaron una llamada al celular del aspirante antes del atentado para que escuchara en tiempo real las detonaciones de arma de fuego. A pesar de lo impactante del hecho, no se reportaron personas lesionadas ya que, según una declaración posterior del candidato, ni él ni su familia se encontraban en el domicilio, pues por motivos de seguridad habían abandonado la vivienda desde la semana pasada. El ataque ocurrió en la recta final de una campaña electoral marcada por crecientes tensiones y amenazas, y ha encendido las alertas entre los habitantes de Atzalan, quienes exigen a las autoridades garantizar un entorno pacífico para ejercer el voto el próximo 1 de junio. A través de un comunicado emitido horas después del ataque, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) condenó lo ocurrido y exigió a las autoridades estatales y federales actuar con prontitud y firmeza: "Reprobamos enérgicamente las amenazas ejercidas a nuestro candidato [...] y cualquier acto de violencia contra los actores políticos que participan en esta contienda", se lee en el pronunciamiento. El partido también solicitó formalmente medidas cautelares de protección para José Homero Domínguez Landa y reafirmó su compromiso con una contienda democrática, en paz y respetuosa de la voluntad popular. Aunque desmintió que él estuviera presente en el domicilio durante el atentado, Domínguez Landa confirmó que su familia fue reubicada por motivos de seguridad desde hace días y responsabilizó al clima de inseguridad persistente en la región. "Seguiremos llevando nuestras propuestas, junto con toda la planilla, a cada comunidad de Atzalan. La violencia no nos va a detener", aseguró el candidato, reafirmando su intención de continuar en la contienda. El ataque armado contra el domicilio de Domínguez Landa se suma a una serie de hechos violentos registrados en diversos puntos del estado, lo que ha encendido las alarmas sobre la vulnerabilidad de los candidatos, particularmente en zonas con conflictos políticos arraigados. Organismos ciudadanos y defensores de derechos humanos han exhortado a las autoridades electorales y de seguridad a garantizar el ejercicio democrático libre de amenazas, intimidaciones o ataques, reiterando que la violencia no puede ser la constante de la vida política de Veracruz. En medio del temor y la polarización, el municipio de Atzalan se prepara para una elección decisiva, donde la ciudadanía exige propuestas claras y garantías para votar en paz y con plena libertad.
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