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XALAPA.- México, con la ayuda de Estados Unidos, tardó 30 años en erradicar un brote de Gusano Barrenador del Ganado (GBG), ocurrido a finales del siglo pasado y principios del presente. En 2020 se dio aviso a México de una nueva alerta por contagios, pero el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se enfrentaba a la pandemia de Covid y no le dio importancia. Actualmente enfrenta una reinfestación y, aunque desde 2024 implementó un plan de emergencia ante el amenazante avance del parásito desde Panamá y Costa Rica, ―donde se notificaron brotes desde 2023―, el 21 de noviembre de 2024 se reportó el primer caso en territorio mexicano y, para el 9 de mayo pasado, sumaban ya 1,078 comprobados y 48,413 animales susceptibles en siete estados del sur del país. La movilización de ganado, de manera legal, como de contrabando, parece explicar, al menos en parte, el problema. Las autoridades mexicanas implementan una estrategia de contención, pues su erradicación tendrá que implicar un trabajo internacional y un presupuesto importante y tiempo. Por lo pronto, una de las primeras consecuencias ha sido el cierre por 15 días (del 11 al 25 de mayo) de la frontera de Estados Unidos a la importación de ganado procedente de México, lo cual, según algunos cálculos genera pérdidas por 11.4 millones de dólares diarios. De acuerdo con el Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), en 1972, los gobiernos de México y Estados Unidos celebraron un acuerdo para implementar un programa para la erradicación del gusano barrenador del ganado. Así lo consigna el documento “análisis del impacto potencial del Gusano Barrenador del Ganado en México”. Según el Plan de Emergencia para hacer frente a la presencia de GBG en el sur de México, del mismo organismo, este parásito no está (estaba) presente en México desde 2003, cuando se publicó oficialmente su erradicación en el Diario Oficial de la Federación. Su erradicación completa para los territorios de México y Estados Unidos entre 1960 y 1991 implicó un costo de 750 millones de dólares, es decir, 955 millones en valor del 2020. Concretamente, el programa de erradicación implementado en México implicó durante 19 años la dispersión de 250,631 millones de moscas estériles, durante 58 mil horas de vuelo. Ese programa tuvo un costo de 620 millones de dólares (790 millones de dólares de 2020). En abril, académicos alertaron del desplazamiento de la mosca desde Centroamérica Un estudio realizado por Alejandro Zaldívar Gómez, especialista del Laboratorio de Ecología de Enfermedades y Una Salud de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM y otros académicos publicado en www.sciencedirect.com en abril pasado, alertaron sobre la acelerada propagación desde Centroamérica hacia Norteamérica.
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