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XALAPA.- El fallecimiento del ingeniero Felipe Betanzos, destacado político vinculado estrechamente a la diputada Lulú Juárez, ha dejado a la comunidad de Amatlán sumida en la incertidumbre. Betanzos fue detenido por fuerzas federales en un operativo conjunto con la Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República, junto con el exlíder cañero Vidal Sánchez y otros individuos, en relación con presuntos delitos de secuestro y privación ilegal de la libertad. Este arresto se llevó a cabo en la localidad de Guadalupe, donde se desplegó una operación para capturar a varios sospechosos. Como resultado de este operativo, se logró la trágica recuperación del cuerpo de Arturo Vásquez Pérez, un estudiante secuestrado en 2019 en Peñuela. Betanzos, originario de Cacahuatal y señalado como uno de los presuntos plagiarios, fue ingresado en un penal federal. Sin embargo, apenas unos días después de su reclusión, su cuerpo fue encontrado sin vida dentro de su celda. Aunque una de las versiones sugiere que se habría quitado la vida, las autoridades han iniciado una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y determinar las circunstancias exactas que rodean su muerte... ESTE DOMINGO por la tarde, presuntos elementos de la Guardia Nacional división Seguridad Regional irrumpieron en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús mientras se celebraba la eucaristía de la 1:30 de la tarde, lo que provocó que se detuviera momentáneamente la misa. Según informó, a través de un comunicado oficial, el sacerdote Helkyn Enríquez Báez, encargado del templo, los agentes policiales aparentemente perseguían a un grupo de migrantes, especialmente a un joven que buscó asilo en el templo. Ante estos hechos, en comunión con el obispo Eduardo Cervantes Merino y la comunidad parroquial, el sacerdote expresó su inconformidad por varias razones. En primer lugar, destacó que la dignidad de todo ser humano es un valor inalienable que no puede ser vulnerado por ningún motivo, ni siquiera por la condición de migración irregular de una persona. Señaló que no se puede perseguir como delincuente a alguien que está de paso. Además, el prelado enfatizó que, si bien se respeta a todas las instituciones gubernamentales y de seguridad, se exige respeto recíproco a la institución y a la fe. Criticó que no se puede ingresar en medio de la celebración del Sacramento, equiparando la acción a un sacrilegio. En cuanto al derecho al asilo, el sacerdote afirmó que es un derecho humano y un deber cristiano, recordando las palabras del Señor en Mateo 25:35b: "Fui forastero y me acogieron". Para los cristianos, sostuvo, los mandamientos de Dios están por encima de las leyes humanas. Finalmente, el presbítero expresó su esperanza de que, en el respeto recíproco, no se repita un evento similar que cause inquietud en la comunidad y la feligresía católica. Gravísimos los hechos que el párroco denuncia; si ya ni siquiera un templo religioso respetan, qué se puede esperar le pase a los civiles que anden circulando libremente.
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