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XALAPA.- El cáncer continúa siendo una de las mayores preocupaciones de salud a nivel global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022 se registraron 20 millones de nuevos casos de cáncer y 9,7 millones de muertes relacionadas con esta enfermedad. Además, se estima que alrededor de 53,5 millones de personas estaban vivas cinco años después de ser diagnosticadas. Esta situación ha generado alarmas a nivel mundial y serias preocupaciones por parte de las autoridades sanitarias, no solo debido al importante gasto económico que conlleva, sino también por el impacto en el estilo de vida, la salud y el contexto de las personas afectadas. Se estima que aproximadamente 1 de cada 5 personas desarrollará cáncer a lo largo de su vida, y las estadísticas son aún más preocupantes: 1 de cada 9 hombres y 1 de cada 12 mujeres fallecerán a causa de esta enfermedad. Los tipos de cáncer más frecuentes a nivel mundial son el de pulmón, el de mama femenino y el colorrectal. El cáncer de pulmón encabeza la lista con 2,5 millones de nuevos casos, seguido del cáncer de mama femenino con 2,3 millones y el cáncer colorrectal con 1,9 millones. Un estudio publicado en la revista BMJ Oncology revela un aumento del 79% en casos de cáncer en personas menores de 50 años en las últimas tres décadas. Factores como la mala alimentación, la obesidad, el sedentarismo y cambios en los factores reproductivos se han identificado como principales impulsores de este preocupante aumento. Si bien la ciencia reconoce que cada individuo es único y que existen múltiples factores que pueden desencadenar la proliferación de células cancerosas, se destaca la influencia negativa de ciertos hábitos y estilos de vida. El tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la exposición prolongada al sol y la mala alimentación son factores de riesgo conocidos. Además, el envejecimiento también juega un papel importante, ya que con el tiempo, las células se desgastan y los mecanismos de control del cuerpo se debilitan. El aumento de casos entre adultos jóvenes indica una tendencia preocupante y subraya la necesidad de una mayor investigación y conciencia sobre los factores que contribuyen al desarrollo del cáncer. En este sentido, es imperativo promover estilos de vida saludables y fomentar la detección temprana y el tratamiento adecuado como medidas cruciales en la lucha contra esta enfermedad devastadora.
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