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XALAPA.- En un discurso lleno de promesas y compromisos en pro de las mujeres de Veracruz, Rocío Nahle, candidata de Morena a la gubernatura, busca proyectar una imagen de defensora de los derechos femeninos. Sin embargo, detrás de sus palabras se esconde una realidad mucho más compleja y cuestionable. En su visita a Pajapan, Nahle anunció la creación de una Unidad Especializada contra el Feminicidio y la Violencia de Género, enfatizando su supuesto compromiso con la seguridad y protección de las mujeres. Sin embargo, su historial y sus acciones recientes revelan una clara simulación en el discurso. Conviene recordar que la candidata zacatecana, en múltiples ocasiones, ha sido desautorizada y desmentida por colectivas feministas de Veracruz, como las Brujas del Mar, quienes han señalado su intento de victimizarse y aprovecharse de la causa feminista para beneficio propio. A pesar de esto, Nahle continúa utilizando la retórica feminista para promover su agenda política, pasando por encima de las verdaderas luchas y necesidades de las mujeres. Su discurso se contradice con su actuación, especialmente en lo que respecta a las acusaciones de enriquecimiento inexplicable durante su gestión en la Secretaría de Energía. Ante cuestionamientos legítimos sobre el origen de sus bienes, Nahle ha optado por victimizarse y acusar de misoginia y violencia política a quienes la interpelan. Por lo que sus palabras en campaña se interpretan como meras promesas vacías que reflejan su desesperación por obtener el poder, utilizando la causa feminista como un mero instrumento político. Mientras tanto, las mujeres verdaderamente comprometidas con la lucha por la igualdad y la justicia ven con escepticismo sus palabras, conscientes de su verdadera agenda. En lugar de representar a las mujeres de Veracruz, Nahle parece más interesada en su propio beneficio político, dejando al descubierto su hipocresía y falta de autenticidad.
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