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XALAPA.- La candidata a la gubernatura de Veracruz por la alianza Sigamos Haciendo Historia, Rocío Nahle García, ante su desesperación, parece que entendió que se tiene que ir alejando de la ineptitud del gobierno de Cuitláhuac García. O al menos es lo que se interpreta de sus palabras ya que, durante su entrevista personalizada en un medio de comunicación estatal, reconoció los graves errores del gobierno estatal actual en la generación de subejercicios anuales y prometió una correcta planeación del gasto público en caso de resultar victoriosa en las elecciones del 2 de junio. Sobre la refinería que no refina y que sólo ha sido una obra faraónica y una simulación del presidente López Obrador, Dos Bocas, Nahle afirmó que su experiencia en su construcción respalda su compromiso de ejercer una vigilancia estricta sobre el desarrollo de la obra pública, garantizando que los recursos se utilicen de manera eficiente y oportuna. Es increíble el impudor de la exfuncionaria ya que su administración ha sido señalada reiteradamente como la más opaca de este sexenio, con sospechas de presunto enriquecimiento ilícito de su familia, así como de promover empresas cercanas a ella provocando conflictos de interés. Además de abordar la cuestión financiera, Nahle destacó la importancia de combatir la violencia contra las mujeres en el estado, proponiendo la creación de una Unidad Especializada en Feminicidio y Violencia de Género si resulta electa. Subrayó la necesidad de asumir la responsabilidad en la lucha contra la violencia de género y se comprometió a brindar los recursos necesarios para investigar estos crímenes y garantizar justicia. Curiosa la causa a la que pretende abanderarse teniendo en cuenta que diversos colectivos se han manifestado en su contra y la han señalado de ocupar la lucha feminista como pretexto para victimizarse y lucrar políticamente de una causa seria. La candidata también abordó la reciente controversia sobre su desaire al candidato de la coalición Fuerza y Corazón por Veracruz, Pepe Yunes, durante el pasado debate. Nahle aclaró que, dado el presunto acoso que ha enfrentado, decidió no saludar al candidato y enfatizó la necesidad de mantener una postura digna y firme ante cualquier forma de violencia. Aunque en realidad sólo fue una demostración de su baja estatura política y su poco temple al no ser capaz de externar un simple saludo institucional. Si así reacciona ante una competencia electoral, ¿qué se podría esperar de ella siendo gobernadora? Una persona que miente, ya que no ha sufrido ningún tipo de violencia en ningún momento y que no es capaz de soportar la presión. Por eso los veracruzanos no la quieren, como se va a demostrar el próximo 2 de junio.
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