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XALAPA.- Se van desmontando las patrañas y el victimismo de la zacatecana Rocío Nahle. En esta ocasión fue Rafael Hernández Matias, presidente del Frente Jurídico Nacional Cívico en defensa de la constitución, delegado del capítulo Veracruz 2, quien reitera su posición respecto al caso de violencia de género denunciado por la candidata oficialista a la gubernatura del estado. Fernández Matias sostiene que exponer el patrimonio no constituye violencia de género, en línea con la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Explica que según la ley, exponer el patrimonio de cualquier persona, sea hombre, mujer o no binario, no puede considerarse violencia de género. Argumentó que de aceptarse este tipo de acusaciones, ninguna mujer funcionaria pública podría ser reconvenida o demandada por el simple hecho de ser mujer, lo cual sería absurdo. Fernández Matias también aprovecha para comentar sobre la denuncia presentada ante el OPLE por mujeres que participaron en la marcha en presunto apoyo a la candidata de la alianza ‘Sigamos haciendo historia’. En ese sentido, indica que esta denuncia fue desestimada porque las personas que la presentaron no pudieron acreditar tener la personalidad jurídica para representar legalmente a Rocío Nahle. Además, señala que tanto el OPLE como el INE tienen la facultad de iniciar procedimientos sancionadores y emitir medidas cautelares en caso de que las divulgaciones o imputaciones constituyan violencia de género. Sin embargo, Fernández Matias enfatiza que en este caso, el OPLE no encontró indicios que justificaran la emisión de una medida cautelar contra Arturo Castagne, quien estaba difundiendo información relacionada con el patrimonio de Rocío Nahle. Todo parece indicar que la extitular de Sener va a tener que inventarse una nueva excusa para desviar la atención acerca de los graves señalamientos de presunta corrupción que pesan en su contra. Ninguna de sus denuncias ha tenido peso ni ha permeado dentro de los veracruzanos, sobre todo, teniendo en cuenta su absurda naturaleza. El tiempo lo tiene en contra y el repudio de la ciudadanía crece con el pasar de los días.
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