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XALAPA.- La candidata a la gubernatura de Veracruz por la coalición "Sigamos haciendo historia", Rocío Nahle García, ha vuelto a recurrir a su típica estrategia de victimización para desviar la atención de las crecientes interrogantes que crecen día con día acerca de su presunto enriquecimiento ilícito. Y es que ya se ha vuelto cansino el hecho de que en lugar de abordar con seriedad el reclamo ciudadano, Nahle busque culpabilizar a la oposición de todo lo que le pasa, alegando que las reacciones naturales de rechazo por parte de los veracruzanos son orquestadas por sus adversarios políticos. El mejor ejemplo de ello se puede apreciar en la reciente protesta en Tehuipango, -en donde miles de ciudadanos se concentraron para abuchearla- misma que la zacatecana le atribuye al PRI municipal, y que ha sido utilizada como un pretexto para victimizarse y evitar enfrentar los duros cuestionamientos sobre su gestión al frente de Sener, así como de su patrimonio. Sin embargo, resulta absurdo pretender que la oposición sea quien esté detrás de estas espontaneas muestras de rechazo a su plataforma política. En lugar de confrontar las acusaciones con hechos y transparencia, Nahle insiste en desacreditar a sus opositores y en desviar la atención de los señalamientos que pesan en su contra. Su negativa a responder de manera directa y honesta al cuestionamiento ciudadano demuestra su desesperación ante el creciente repudio de la gran mayoría de los veracruzanos le demuestra en cada plaza en la que se para. Queda claro que la estrategia de seguir negando la realidad y culpar a los demás no hará más que profundizar la desconfianza en su candidatura y en su partido. Los morenistas saben que ya se van, por ello sus nervios.
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