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XALAPA.- El secretario de Desarrollo Social (SEDESOL) del estado de Veracruz, Guillermo Fernández Sánchez, ha negado rotundamente las acusaciones de que empleados de su dependencia estén siendo utilizados para promover a la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, la zacatecana Rocío Nahle García; sin embargo, estas negaciones caen en oídos sordos mientras se acumulan pruebas del uso indebido de recursos estatales con fines políticos. Integrantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) han denunciado el empleo de brigadas para desinformar acerca de los programas sociales, con el claro objetivo de coaccionar el voto a favor de Rocío Nahle. A pesar de estas acusaciones, Fernández Sánchez insiste en que su dependencia es respetuosa de la veda electoral y que desconoce cualquier denuncia que pueda presentarse en su contra por uso indebido de recursos. O sea, puro cliché. En declaraciones a los medios de comunicación el funcionario estatal trata de desviar la atención al afirmar que desde el inicio del mes de marzo se comunicaron con el personal de SEDESOL para acatar las instrucciones de la ley electoral; no obstante, sus declaraciones carecen de credibilidad cuando se tienen pruebas contundentes del uso político de recursos estatales en favor de Nahle García y otros candidatos de Morena. Y es que Las acusaciones del PRI no son un hecho aislado. Representantes del partido en Xalapa han anunciado la preparación de denuncias contra el gobierno de Morena y SEDESOL por el uso indebido de recursos en apoyo a Nahle y otros candidatos. A pesar de esto, Fernández Sánchez insiste en que los programas sociales están blindados y que su dependencia no hace propaganda política ni acompaña a candidatos en la entrega de estos programas. La negación y el cinismo por parte de los funcionarios estatales sólo sirven para exacerbar la indignación de la población veracruzana. Es hora de que los responsables asuman la responsabilidad por sus acciones y se comprometan a respetar la legalidad y la imparcialidad en el proceso electoral. Mientras tanto, la sombra del uso político de recursos estatales sigue oscureciendo el panorama político del estado.
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