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XALAPA.- En el cuarto mes de este año, la inflación general anualizada se ubicó en 7.68 por ciento, un nivel ligeramente por debajo de lo que esperan los analistas y los mercados. Pese a la positiva sorpresa, el nivel de inflación está significativamente por encima de lo que el Banco de México se ha propuesto como meta (3% +/- un punto porcentual). Y justamente son los productos agropecuarios y los alimentos procesados, bebidas y comidas fuera del hogar los rubros en los que el índice de precios ya crece a doble dígito, de acuerdo con los registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. De modo que el costo monetario de estas cestas de alimentos básicos en la dieta de la población mexicana se ha disparado de manera importante. Durante abril del 2022, la canasta alimentaria en las regiones urbanas registró un incremento de precio de 12.4 por ciento, de acuerdo con cifras del Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social). En las viviendas ubicadas en regiones rurales, la cesta de alimentos básica se encareció 13. Por ciento en comparación con el mismo mes del año pasado. Esos niveles de incremento interanual en el costo monetario de la canasta alimentaria son ligeramente más bajos que los presentados el mes previo, sin embargo, todavía se encuentran por encima de la inflación general. En términos absolutos, sólo para pagar la comida de una sola persona en zonas urbanas se necesitan 1 mil 979 pesos cada mes y para zonas rurales son necesarios 1 mil 522 pesos mensuales, de acuerdo con las estimaciones del Coneval. Para contener el impacto del incremento generalizado en los precios, la administración de Andrés Manuel López Obrador presentó el PACIC (Paquete Contra la Inflación y la Carestía), que con la participación de la iniciativa privada y acciones de producción y reducción de costos busca garantizar un precio "justo" en 24 productos. En México y el mundo la inflación se ha convertido en una de las preocupaciones principales en términos económicos y sociales. La escasez de materias primas, la turbulencia en cadenas globales de suministro, las alteraciones en los mercados laborales y la lenta recuperación pospandémica han llevado a los precios de los alimentos en el mundo a alcanzar sus niveles máximos históricos.
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