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.- En un País donde se sacrifica al más débil o a quien decide el Presidente de la República en turno, el Auditor Superior de la Federación, David Colmenares Páramo resultaría el responsable único de los yerros cometidos por esa instancia, sin embargo, la situación –denunciada por AMLO- reflejó que los mecanismos internos de control y evaluación no funcionan, esto es, la Cámara Federal de Diputados es solo un florero que no conoce lo que será informado, aun cuando la ASF dependencia de esa instancia. En ese contexto, Muna Dora Buchahin, ex directora de Auditoría Forense de la ASF y quien descubrió la trama de la estafa maestra para luego ser destituida del cargo por órdenes del titular del organismo, David Colmenares Páramo, refiere que por ley, la Unidad de Evaluación y Control (UEC) de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados –de la que depende la ASF– debe evaluar el desempeño de la Auditoría Superior, pero para la ex funcionaria esa entidad ha estado inoperante, pues ha sido cooptada desde hace años. Las instituciones autónomas de gestión, como la ASF, tienen controles internos, una metodología de evaluación y la independencia necesaria para hacerla, así como un área interna que las evalúa. Pero llevamos tres años denunciando ante los diputados una serie de hechos irregulares sin que se haya actuado, señaló la ex funcionaria en entrevista telefónica. En su opinión, este es un buen momento para replantearnos la labor de la Comisión de Vigilancia, que ha sido inoperante ante las denuncias que se han hecho en contra David Colmenares Páramo, titular de la ASF. La Cámara debió haber actuado, pero no funcionan los límites internos. La UEC, pese a contar con presupuesto, ha sido omisa en las denuncias y controles que se deberían realizar porque la propia Comisión de Vigilancia, a cargo del diputado Mario Alberto Rodríguez Carrillo, de Movimiento Ciudadano, “está politizada. La Comisión de Vigilancia tiene la obligación de regular la actuación, de verificar que los trabajos del auditor y de la ASF sean acordes a derecho. Todas las denuncias que se reciben deberían iniciar una investigación, puntualizó, aunque se colocó en la UEC al ex auditor de Puebla, David Villanueva Lomelí, a modo. Apuntó que vigilar a la ASF no significa hostigarla para que no realice su labor. Ahora no funcionan los límites y mecanismos internos de control y vigilancia, y las instituciones no pueden vivir sin límites. Para supervisar la labor de la ASF se requiere un órgano técnico y especializado. Si la Comisión de Vigilancia y la UEC funcionaran, inmediatamente habrían abierto una auditoría para revisar toda la actuación de la Auditoría Superior: para saber quiénes la integran, sus perfiles, el gasto que han hecho. Pero han estado callados, sometidos, omisos y encubridores.
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