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.- Durante el llamado Acto de unidad en defensa de la dignidad de México, llevando a cabo en la fronteriza ciudad de Tijuana, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que Estados Unidos y México no son vecinos distantes “las historias de nuestros países están entrelazadas en cooperación y entendimiento”. Agregó que el fenómeno migratorio no surge de la nada sino que se origina por las carencias materiales y la inseguridad de los países centroamericanos y de sectores y regiones marginadas de México, pero se resolverá atacando sus causas de origen e impulsando el Plan de Desarrollo en Centroamérica. México ofrecerá ayuda humanitaria, oportunidades de empleo, educación, salud y bienestar a quienes esperen en este país su solicitud de asilo para ingresar legalmente a Estados Unidos. Y reiteró la disposición a la amistad, al diálogo y a la colaboración con Estados Unidos. “No le levantó un puño cerrado, sino un mano abierta y franca al presidente Donald Trump”, dijo el tabasqueño. Muy diferente la postura del presidente Andrés Manuel López Obrador, a la del candidato del mismo nombre que en enero del 2018 advirtió: “Vamos a respetar al presidente Donald Trump, pero va a tener que respetarnos. No va a agarrarnos siempre de escarnio… lo vamos a poner en su sitio, lo vamos a hacer entrar en razón”. Por su parte el canciller Marcelo Ebrard, quien fue el primer orador en la ceremonia, habló sobre los nuevos acuerdos que se alcanzaron para evitar la imposición de aranceles y erradicar el flujo migratorio. Destacó que se evitaron las tarifas arancelarias y México salió con la dignidad intacta. “Si me ven cansado es porque trabajé para evitar que se impusieran aranceles”. Y en efecto, su agitada labor logró que Donald Trump echara para atrás ese gravamen, pero a costa de casi correr del territorio nacional a los migrantes que quieran entrar y aceptar darles techo, vestido, comida y sustento, a los miles y miles que se agolpan en la frontera con Estados Unidos, por lo que la dignidad mexicana no quedó intacta como dice el canciller. “A partir de este momento y hasta que pasen las elecciones en aquel país, seremos la piñata de Donald Trump”, dijo un analista político y tiene razón. Durante su intervención, Francisco Domínguez Servién, gobernador de Querétaro y Presidente de la Conago, dijo que “los mexicano no aceptamos muros de concreto ni de aranceles”, aplaudió la negociación entre ambos países donde destacó que México “supo plantarle cara a los desafíos y superarlos… cuando los mexicanos cerramos filas a nuestro país le va mucho mejor”. Lo cierto es que México fue a la defensiva a Estados Unidos, aceptó sin chistar lo que le impuso el gobierno estadounidense con tal de que el T-MEC tenga vía libre, lo que en ese aspecto es un gran triunfo. Y eso es lo único que hay que reconocer, lo demás, como el evento en Tijuana, fue coreografía pura, de esas que tanto le gustan al presidente López Obrador.
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