Deslaves y carreteras colapsadas dejaron incomunicadas a decenas de comunidades; siguen pidiendo ayuda del gobierno MEMORANDUM 1.- A diez días de las inundaciones registradas en la zona norte de Veracruz, las comunidades más afectadas continúan solicitando la intervención de las autoridades estatales y federales para restablecer las vías de comunicación y atender las pérdidas agrícolas que, para muchos, representan su principal fuente de sustento. Ante la falta de respuesta inmediata, los propios pobladores se organizaron para retirar escombros e improvisar pasos provisionales que permitan el acceso de víveres y medicinas. Y es que, en la Huasteca veracruzana, los deslaves y carreteras colapsadas han dejado incomunicadas de manera parcial a varias comunidades, donde los daños provocados por las lluvias siguen siendo evidentes más de una semana después del desastre. En localidades como Hueycuatitla, municipio de Benito Juárez, el río Vinazco se desbordó arrasando con caminos, postes eléctricos y sembradíos. Los habitantes aseguran que la creciente del afluente fue tan fuerte que destruyó parte del tramo carretero que conecta con Ixhuatlán de Madero, dejando aisladas a decenas de familias durante más de cinco días. “Mi milpa se perdió por completo; el agua se llevó todo. Ahora sólo hay piedras y lodo seco donde antes sembrábamos”, señaló Luisa Hernández de la Cruz, una de las damnificadas, quien muestra con resignación el terreno devastado donde antes cultivaba maíz. Las lluvias, que iniciaron el 6 de octubre y se extendieron hasta el 11, provocaron el reblandecimiento de los cerros, generando deslizamientos de tierra en varios puntos de la región. Toneladas de lodo bloquearon caminos rurales, dificultando el ingreso de vehículos con ayuda humanitaria. Sin embargo, las comunicaciones siguen siendo precarias, ya que varias antenas de telefonía colapsaron por los derrumbes. Mientras tanto, siguen esperando la ayuda del gobierno.
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Reconoce Nahle que aún permanecen incomunicadas 32 comunidades afectadas por la inundación en la zona norte MEMORANDUM 2.- Decidida a tapar el pozo, después del niño ahogado, la gobernadora Rocío Nahle García informó que aún permanecen incomunicadas 32 comunidades afectadas por la inundación. También reportó avances significativos en las acciones de restablecimiento y atención a la población afectada, a poco más de una semana de la emergencia provocada por la vaguada y la depresión tropical 90E. A través de un comunicado, la mandataria estatal refirió que con resultados palpables en limpieza, restablecimiento de energía y agua potable, hay avances significativos en las acciones de restablecimiento y atención a la población afectada a poco más de una semana de la emergencia provocada por la vaguada y la depresión tropical 90E. Nahle García reconoció que 32 comunidades permanecen incomunicadas y los municipios de Ilamatlán y Texcatepec aún presentan dificultades de acceso a sus cabeceras, por lo que la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas y la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes continúan los trabajos para abrir caminos y despejar derrumbes, particularmente en la sierra de Huayacocotla. En Álamo se registra un avance considerable en las labores de limpieza y la reconexión de uno de los pozos de abastecimiento de agua, realizada por la Comisión de Agua del Estado de Veracruz, lo que permitirá reanudar gradualmente el suministro en toda la ciudad. En Poza Rica ya se restableció el servicio de agua en la red, mientras que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) reporta un 99 % de restablecimiento eléctrico en el estado, especialmente en los municipios más afectados. De manera simultánea, las brigadas continúan con el saneamiento y limpieza de calles, viviendas y espacios públicos. La Gobernadora destacó que se mantiene coordinación permanente con la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, y con las dependencias federales involucradas en la atención de la contingencia, con el objetivo de garantizar la recuperación integral de las comunidades. De igual forma, expresó su agradecimiento a la Secretaría de la Defensa Nacional, al Ejército Mexicano y a la Secretaría de Marina, por su participación activa en las labores de apoyo, especialmente a través del puente aéreo de 19 helicópteros que ha permitido trasladar víveres y ayuda humanitaria a las comunidades serranas. También reconoció el trabajo solidario de funcionarios y servidores públicos estatales, federales, gobiernos municipales y de la sociedad civil, que han contribuido con donaciones y trabajo voluntario en las zonas afectadas. “Somos un pueblo trabajador, un pueblo que se levanta y sale adelante. Juntos vamos a terminar de limpiar y restablecer todo lo que la naturaleza afectó”, al subrayar que el censo del Bienestar, una vez concluido, dará paso a la entrega de apoyos federales conforme al anuncio de la Presidenta de México. Así las cosas.
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De los 6 municipios declarados de atención prioritaria por las inundaciones, sólo Álamo y Poza Rica tienen un Atlas de Riesgo: Igavim MEMORANDUM 3.- De acuerdo con el informe “Los Atlas de Riesgo en México: ¿Herramienta de prevención o sólo de escritorio?”, elaborado por el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), de los seis municipios del norte de Veracruz que fueron declarados de atención prioritaria por las inundaciones ocurridas hace ocho días, sólo Álamo-Temapache y Poza Rica cuentan con un Atlas de Riesgo. El documento advierte que, pese a contar con estos instrumentos, ninguno de los dos municipios tiene un seguimiento integral por parte de los tres órdenes de gobierno. En el caso de Álamo, su Atlas data de 2011, mientras que el de Poza Rica fue actualizado por última vez en 2023. En los municipios restantes —Tuxpan, El Higo, Tempoal e Ilamatlán— no existe Atlas de Riesgo, por lo que tampoco se cuenta con la identificación oficial de los peligros locales ni medidas de mitigación definidas. El estudio del Igavim retoma información del Atlas de Riesgo 2023 de Poza Rica, que ya advertía sobre el riesgo alto y muy alto por inundaciones derivadas del desbordamiento del río Cazones, fenómeno que se repitió hace una semana. El atlas registró que desde 2001 hasta 2021 se habían emitido 32 declaratorias de emergencia o desastre por lluvias en ese municipio. Además, señalaba que más de 126 mil habitantes estaban expuestos a riesgo alto por inundaciones pluviales, y 22 mil en riesgo muy alto. El Plan Municipal de Desarrollo Urbano 2019 también reconocía que Poza Rica “ha sido severamente afectada en las últimas dos décadas” por el desbordamiento del río Cazones, y advertía sobre la vulnerabilidad del subsuelo urbano debido al entramado de ductos de hidrocarburos que atraviesan la zona. A pesar de ello, la obra de contención proyectada en el margen este del río desde 2018 permanece inconclusa, según el mismo plan, lo que dejó sin una barrera de protección ante los desbordamientos recientes. Mientras tanto, el municipio de Álamo-Temapache cuenta con un Atlas de Riesgo publicado en 2011, el cual reconoce que la localidad se ubica dentro de la cuenca del río Tuxpan (Pantepec) y presenta el mayor peligro por inundación fluvial para la población. El documento identificó zonas de riesgo alto en 39 colonias y 35 comunidades, con más de 5 mil viviendas dañadas en eventos anteriores. El Atlas describe además erosión vertical del cauce del río Pantepec y procesos de deslave asociados a lluvias intensas. A nivel urbano, el municipio había planteado obras de protección bajo el proyecto “Estudio y Proyecto Ejecutivo Integral para Proteger de Inundaciones a las Localidades de Álamo, Estero del Ídolo, La Unión y Jardín Viejo”; sin embargo, estas acciones no se concretaron y no existen registros de actualización del Atlas en los últimos catorce años. El Igavim ubica a Veracruz entre las 21 entidades con mayores deficiencias en el avance de sus Atlas de Riesgo, junto con estados como Puebla, Chiapas, Oaxaca y Guerrero. En la entidad, solo 41 de los 212 municipios cuentan con Atlas de Riesgo, lo que representa menos del 20 por ciento del total municipal. Esta omisión contraviene lo establecido en el artículo 86 de la Ley General de Protección Civil, que ordena que en los atlas estatales y municipales, así como en el nacional, deben establecerse los niveles de peligro y riesgo para todos los fenómenos que inciden en el territorio, y que dichos instrumentos sean obligatorios para la autorización de obras, construcciones o asentamientos humanos. En ese tenor, el Igavim realizó las siguientes recomendaciones: Aunque México cuenta con un Atlas Nacional de Riesgos, persisten limitaciones y deficiencias en su aplicación municipal y falta de continuidad para monitorear los asentamientos más vulnerables al cambio climático. El Igavim recomienda que, cuando un municipio no cuente con su propio atlas, utilice de manera preliminar la información publicada por el Cenapred para definir criterios preventivos y de actuación. De igual forma, subraya la urgencia de diseñar y actualizar de manera real y periódica los instrumentos de ordenamiento territorial, asignando presupuesto suficiente y enfoque preventivo. “Es urgente diseñar, instrumentar, actualizar y dar seguimiento a este tipo de ordenamientos en el país, no solo para proveer los indicadores de cambio climático y las metas de la Agenda 2030, sino para atender el impacto acumulativo y social con presupuestos adecuados”, refiere el informe. El documento concluye que la gestión del riesgo sigue sin ser una prioridad política y que las acciones implementadas continúan siendo reactivas y no preventivas, pese a los daños recurrentes en municipios como Poza Rica y Álamo-Temapache. Así las cosas.
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