Cuando nuestra hija Anamar era niña tomó clases de Artes Plásticas en Atarazanas, dos años después pasó a tomar clases de pintura en el mismo lugar con el Maestro Néstor Andrade durante unos 4 años. Nunca tuve amistad con él, su hijo Adrián también iba en la Primaria donde iba Anamar, cruzábamos saludo. Al entrar a Secundaria, Anamar dejó las clases. Siempre que podía iba a exposiciones grupales en IVEC, Atarazanas y otras galerías y ahí estaba alguna obra del Maestro, tenía un estilo particular, cuando ves su obra dices: esto es de Néstor Andrade: máscaras festivas, peces, todo muy colorido. Casualmente por dos vías o fuentes cercanas supe hace unos días que el Maestro estaba grave en el IMSS con COVID, supe también de las vicisitudes que pasó su familia esos días. Ese, como muchos otros hospitales, están saturados de enfermos graves de Coronavirus. Al agravarse, pidieron a familiares del Maestro conseguir un medicamento pues no lo tenían en el IMSS; al pedir que lo ingresaran a sala de Terapia Intensiva les contestaron que las 20 camas estaban ocupadas y debido a su gravedad ya no era candidato a ocupar la que se desocupara próximamente. Había enfermos menos graves, con menos edad, con mejor pronóstico de sobrevivencia. Ayer falleció sin que su hijo lo pudiera ver ni despedirse. Descanse en paz, Maestro, como dice Anamar: deja buenas memorias y cultura. Nuestro sentido pésame a su familia. Dios nos libre.
Ma. De los Ángeles Rosas Caraveo. Luis Martínez Wolf. |
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