Recientemente TMM está dando de baja a tres Buque tanques que daban empleo a numerosos mexicanos, argumenta que los buques rebasaron su nivel de obsolescencia, y no era negocio mantenerlos en operación, cualquier empresa dedicada a la actividad comercial, renueva flota cuando los que tiene operando están acabados, TMM procede en distinta forma, da de baja su flota petrolera y liquida tripulantes. ¿Que pretende o tiene en juego este armador que mucho conoce de marina Mercante?
Muchos de los barcos que ha abanderado SEMAR, son de porte menor y aunque con bandera nacional, los propietarios son extranjeros o el capital es de empresas trasnacionales que aprovechan el esfuerzo realizado por legisladores, organismos sindicales y marinos mercantes para modificar el injusto estatus que impera en la Marina Mercante Mexicana.
Son muchos los ejemplos que se podrían dar sobre el fantasioso incremento a la Marina Mercante, en que supuestamente se respeta la Ley de Navegación, sobre todo su artículo 34 que privilegia a barcos mexicanos y empresarios mexicanos para realizar actividades de cabotaje, en la costa del Pacífico se ha permitido que realicen cabotaje embarcaciones extranjeras, transportando cemento entre Manzanillo, La Paz y El Sauzal, uno de estos barcos, con bandera de San Vicente y Granadinas, con registro bruto de 10,165 toneladas, tiene de propietario a una empresa española, el fletador es una Naviera, que aunque mexicana, el principal accionista es japonés, tenia celebrado contrato con Cementos Apasco, para transportar el cemento de esta empresa mexicana. Al requerírsele trato humano y justo para los tripulantes mexicanos, el capitán, un belga, mandó al demonio a los representantes de I.T.F. (Federación Internacional del Trabajo) que reclamaban justicia, entre otros argumentos que dio el operador, es que el propietario español, para comprar el barco había celebrado un crédito hipotecario con un banco noruego, y una de las condiciones del crédito establecía la prohibición de celebrar contratos colectivos con los tripulantes del barco, por supuesto cualquier demanda laboral deberá atenerse a lo que dispongan los tribunales y leyes de San Vicente, minúscula nación insular que no tiene cónsules en ningún puerto mexicano. El enredijo multinacional permite el desorden financiero, laboral y de respeto a nuestras leyes.
Problemas de la complejidad en el transporte de cemento en la costa del Pacífico, se tiene con los muchos barcos que faenan en la Sonda de Campeche, las banderas de las Naciones Unidas son pocas en comparación con las que ondean en los barcos abastecedores al servicio de PEMEX en la Sonda de Campeche, nadie respeta las leyes mexicanas pues la evasión del cumplimiento de las disposiciones jurídicas de nuestro país y las de convenios internacionales, son superadas fácilmente mediante la lubricación verde de la doraliza, que fluye pródiga por todos lados. ¡AGUAS!
Marzo 12 del 2020 lmwolf1932@gmail.com Luis Martínez Wolf
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