Ayer fui de visita-inspección al Cañonero Guanajuato, quedé convencido de que elaborar un plan de rescate del Barco, será una meritoria labor que mucho impulsará el Turismo, el cual salvo el acuario, está carente de atractivos interesantes; Aseguro que el Guanajuato con un buen proyecto, sería un éxito.
Mi artículo de hoy era para presentar un proyecto al respecto, Edwin se me adelantó, su conocimiento y experiencia en este asunto, merece se revise y organice un grupo, amantes del mar, la marina y Veracruz, acometiendo el salvamento del Guanajuato.
Meritorio seria que una empresa veracruzana acometiera la tarea de renovación, rescate del Guanajuato, propongo platicar con Edwin y entrarle al asunto, su imagen pública lograrían lo que anteriores personas no pudieron realizar. Un poco largo este escrito, pero el proyecto de rescate del Guanajuato, merece el espacio. Cuenten conmigo, tengo varias ideas, pero se requiere la imagen de una organización para realizar la tarea. Uds. disponen, creo Edwin entraría al proyecto. ¡AGUAS! Luis Martinez Wolf
En 1932 siendo Secretario de Marina el Gral. Plutarco Elías Calles, el gobierno mexicano encarga a los astilleros de El Ferrol en España la construcción de varios navíos de guerra, más ante la proximidad del conflicto civil que se aproximaba, el Astillero español solo concluyo el pedido de dos barcos, siendo uno de ellos:
EL CAÑONERO GUANAJUATO.
POR: Edwin Corona y Cepeda
Instructor Internacional de Buceo.
El cañonero “Guanajuato” o C-07 que era su clave. se mantuvo en servicio activo dentro de la Armada hasta el año 2001 en que se le dio de baja, siendo colocado en el muelle 4 del Puerto de Veracruz y donado al gobierno del Estado a cargo de Miguel Alemán Velazco quién, como es costumbre lo recibió en el muelle 4 con gran bombo y platillo.
Una vez arrejerado al muelle pasó al olvido y a fines del 2004 recibí un llamado del Director de Supervisión Portuaria, Cap. Alt. Eduardo Meixueiro Mancisidor citándome en el muelle 4 donde permanecía abandonado el Guanajuato, quien me invito a subir y recorrerlo. El interior del navío estaba en perfecto estado, sus máquinas en magnifico estado, el puente de mando
impecable, los dormitorios de capitán y oficiales intachables, los dormitorios de marinería con más de un centenar de plazas equipadas con colchones y avíos, el consultorio médico con todo su instrumental, la peluquería con su sillón y las herramientas del barbero y hasta la campaña de bronce de llamada brillaba de pulida sobre un piso de parquet de madera brillantemente barnizado.
Entusiasmado por este regalo al Estado de Veracruz me trasladé a Xalapa y me entreviste con Miguel Alemán a quien conocí cuando ingresó a la SMGE y durante su campaña para el gobierno de Veracruz y le explique la situación en la que se encontraba el C-07 y de inmediato llamó a su secretario Flavino Ríos Alvarado para que atendiera de inmediato este asunto.
Pese a mis múltiples llamadas y escritos, jamás recibí contestación alguna de Flavio Ríos Alvarado y no logre ver a Miguel Alemán sino hasta finales del 2009 en ocasión de mi ingreso al Salón de la Fama,
Sin embargo, en 2005 resultó electo como Gobernador de Veracruz Fidel Herrera Beltrán y Presidente Municipal de Veracruz Julen Rementería del Puerto, así que proseguí con mis acciones de rescatarlo para bien de Veracruz.
Por lo contrario, las cosas se fueron complicando ya que por orden de Fidel Herrera Beltrán se hizo cargo del cañonero Guanajuato el Capitán Rafael García Anaya, individuo ampliamente conocido por sus trastupijes y pillerías, fue quién inicio, con el visto bueno de Marcelino Fernández, Presidente del Patronato del Acuario de Veracruz, el desmantelamiento de la nave malbaratando máquinas, elementos de navegación, colchones y enseres de dormitorio, elementos de la cocina, la duela de parquet y hasta la campana del barco.
Por aquel entonces y desconociendo el estado en el que ya se encontraba el Barco Guanajuato tuve la oportunidad de recibir al Ing, Mauricio Porraz uno de los más destacados constructores submarinos reconocido internacionalmente por su invento del “Bolsacreto”, quién me ofreció trasladar al Guanajuato desde el muelle 4 hasta el sitio donde hoy se encuentra la horrenda estatua del Migrante Libanés, ofreciéndome, además, la construcción, sin costo alguno, de una especie de dique seco donde el Cañonero Guanajuato no recibiera la afectación de las aguas del mar y que, además permitiría el acceso a toda clase de público en un lugar sumamente atractivo.
Ora vez cundió el entusiasmo en mi persona ante tan especial ofrecimiento y acudí al Palacio de Gobierno para entrevistarme con Fidel Herrera, pero jamás fui atendido. Hice lo mismo con el entonces presidente municipal de Veracruz Julen Rementería del Puerto, quién, para mi sorpresa me contestó que a él no le interesaba lo que le sucediera al Guanajuato pues le parecía muy difícil que la gente visitara un barco y dando la media vuelta me dejó con la palabra en la boca. Y jamás, pese a mi insistencia, volvió a recibirme.
Buscando la solución a este problema invité a desayunar en mi terraza al entonces alcalde de Boca del Rio, Francisco Gutiérrez de Velazco a quien expuse mi idea y tomo en cuenta mi proyecto. Bajamos al sitio propuesto y llamó a uno de sus ayudantes, Marcos Gándara para que se hiciese cargo del asunto y prometió hablar con Marcelino Fernández al respecto.
Testigo presencial de esta visita lo fue Salvador Vidal, ex propietario del restorán Lorencillo en ese sitio y quién había acudido a visitarme.
Nuevamente me comunicó Meixueiro que Marcos Gándara se haría cargo del Cañonero Guanajuato, donde permaneció más de un año en dicha gestión hasta que me comunicó que Fidel Herrera le había concedido la concesión a un comerciante televisivo de apellido Filobello y la operatividad turística a Rafael García Anaya a través de una organización de Almirantes en Retiro.
Mi idea del establecimiento de un dispensario médico gratuito, un hotel colectivo para estudiantes y personas de escasos recursos, una biblioteca en el salón de oficiales y un gran auditorio para conferencias, espectáculos teatrales y bailables quedaba definitivamente enterrada.
El Guanajuato había caído en manos de la corrupción.
Pero aún había esperanza de salvarlo, ya que como señala Martínez Wolf en reciente escrito enviado es este espacio, la entrada y acomodo del Buque Guanajuato en la plaza de Boca del Río, mostraba dificultad, llegando a expresar que si el barco cruzaba la barra se comía el ancla., añadiendo que anda atragantado y no digiere su error, ya que Boca del Río solo es puerto para lanchas y yates de poco calado.
La Capitanía de Puerto había declarado en ese entonces que el mínimo calado que se podía dar al “Guanajuato”, en lastre y completamente aligerado era de 3.2 metros, es decir que para dar ese calado con 30 cms. de seguridad, desde la sonda frente a la barra, hasta el atracadero de la plaza, se deberían sacar entre 60,000 a 100,000 metros cúbicos de material a dragar, a precios corrientes de esa época, un gasto de aprox. 6 millones de pesos o más.
Desconozco cómo se dio la administración del contrato y la batimetría del área a dragar, es como siempre lo es en esta clase de negocios, un secreto bien guardado, en el que contratante y contratista muestran sus mejores armas en la negociación; si los números que se muestran en los carteles publicitarios en la obra se hacen válidos, en el asunto “Meter a Boca el Guanajuato” hubo magia y si no la hubo, alguien salió bien planchado.
Desde 2008 en el cual se inauguró como cantina y restorán el Guanajuato se convirtió en un atractivo turístico de primer orden, ganó la batalla sin disparar una sola bala, han pasado más de diez años, el barco sufre y la plaza está en pésimas condiciones, y ahora aparecen los nuevos expertos y pronostican la derrota de esta nueva batalla que libra el Guanajuato en busca de supervivencia. A como de lugar debe conservarse el Guanajuato.
Y la única manera de que el Guanajuato siga en pie es colocándolo, como se sustentó en los primeros proyectos que conjuntamente con Meixueiro, Martínez Wolf y Mauricio Porráz se elaboraron por el año de 2004 y que seguramente fueron a parar al cesto de la basura.
El Cañonero Guanajuato, a como dé lugar debe conservarse para solaz y uso de la población y no para el usufructo de unos cuanto que ahora pretenden venderlo como chatarra. Y entre ellos, seguramente está Julen Rementería quien pretende ser Senador y necesita la lana para seguir su campaña. Edwin Corona y Zepeda |
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