Creo la contienda o batalla que mayor impacto causo a la geopolítica a universal principios del siglo XIX se desarrolló en Waterloo, una región de Bélgica donde un militar Inglés aliado con un prusiano, le partió la madre al invencible emperador francés Napoleón, mucho se ha escrito al respecto, unos afirman traición o falta de ayuda oportuna al francés, otros dan por buena la estrategia y decisión del líder Inglés, triunfó el héroe de mil batallas Wellington y perdió napoleón. Todo cambio en el mundo.
En nuestro país se está dando una batalla semejante a la que libró y ganó Wellington en 1815, aparece en el panorama político un líder triunfador, con poder mostrada por la simpatía ganada en el ámbito político nacional, Andrés Manuel López Obrador, tenía dominado al país, las elecciones solo serían una forma de confirmar que el Peje podía ser el emperador de México, formó un negocio privado bajo la figura de partido político, MORENA, solo él manda y dispone lo necesario para decidir en el mando político, administrativo y financiero del país, la marcha triunfal de la campaña electoral resonaba fuerte, atrayendo la simpatía y votos para un triunfo inobjetable, esa confianza y seguridad de tener el mando absoluto, le llevó al terreno donde todo acusa que una sola mala orden, dispondrá del éxito o derrota, perderá lo ganado.
Priista AMLO de origen, con vocación socialista, abandono el PRI y se unió a quienes conformaron un partido de izquierda, el PRD, al traicionarse los ideales que le dieron forma, se apartó y formó MORENA, supuestamente un partido que aglutinaría los ideales abandonados por el PRI, PRD y demás partiditos o grupos que se fingían socialistas, los cambios de AMLO le habían funcionado bien, derrotado por las normales triquiñuelas que se acostumbran en las elecciones, entró con MORENA cobijado por muchos mexicanos hartos de los malos gobiernos de PRI y PAN, su marcha parecía insuperable, hasta, hasta que por inescrutables motivos, decide incorporar a su grupo a un líder sindical de pésimos antecedentes, la asociación con el “líder minero” Napoleón, olvidando que NAPO perdió ante un Wellington, la unión NAPO líder con PEJE líder, resulta una batalla y la guerra perdida.
Los analistas imparciales no entienden lo que pasó con el PEJE, no lo entienden porque se le sigue analizando como un político que razonó durante muchos años tratando de mejorar el País, en el proceso cambió, cambio a tal grado que se sintió infalible, con méritos para tomar decisiones de todo tipo, olvidó la conveniente postura de atender lo que se dispone en un War-Room, espacio o recinto donde se reúnen los estrategas, para dar al jefe superior las recomendaciones para triunfar; cuando el jefe máximo opta por el totalitarismo imperialista, no atiende consejos y al igual que Napoleón en Waterloo, se pierde la batalla.
El “líder minero” Napoleón Gomez Urrutia hará perder al PEJE, los Wellington de PAN y PRI, están felices, sus bonos se elevaron a niveles inesperados, claman ¡Gracias Napo! ¡AGUAS! Febrero 20 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martínez Wolf |
|