Duro, muy duro le están pegando al recientemente electo Alcalde, Presidente Municipal de Xalapa, atendiendo las facultades de su cargo, formó gabinete para gobernar, integrándolo con personajes que a su buen juicio podían auxiliarle con acierto, para llevar a feliz término la gestión de cuatro años de gobierno, con sabiduría no atendió los imperativos de costumbre en la grilla política mexicana, todos esperaban que nombrara funcionarios a los jalapeños que le apoyaron en la campaña, aclaremos, le acompañaron o apostaron en campaña, por considerar que era el personaje idóneo para buen gobierno, decisión plausible, para beneficio de todos.
Existe un apotegma, principio de obligada aplicación por todos aquellos que pretenden un buen liderazgo, la norma es aplicable en el ámbito civil, pero su origen proviene de lo militar, dispone con sencillez: Para triunfar en combate la guerra se hace con generales de fuera
El alcalde electo de Xalapa aplicó el sabio pragmatismo militar, busco colaboradores, generales para el combate de gobierno, a generales de fuera, sin compromisos de amistad o parentesco que le obligara a tomar decisiones apartadas del procedimiento dispuesto en el buen gobierno, buscó colaboradores no comprometidos que pudieran tomar decisiones, algunas mortificantes para los jalapeños, pero atendiendo la ciencia gubernamental, hoy al alcance o propia de profesionistas preparados en la línea de trabajo que impone un buen gobierno municipal.
El análisis crítico que debe hacerse al Alcalde, no debe sujetarse al origen local o fuereño de los colaboradores que designe, el cabildo no es un negocio de cuates, se conforma con técnicos profesionales, duchos o preparados en el área en que se le da responsabilidad para buen gobierno, el juicio que se haga de Hipólito Rodríguez no deberá estar sujeto al origen del funcionario, será responsable o culpable el alcalde, dependerá de su buena o acertada selección, el resultado final de su gestión gubernamental. Vale que sea mexicano, pero no se calificará el nombramiento por ser Chilango o veracruzano jalapeño.
La decisión de traer generales de fuera para el éxito del combate, merece respeto, malo sería que realizara los nombramientos, dependiendo únicamente de su filiación partidista o compadrazgo con el alcalde, hemos visto que el fracaso de muchos gobernantes, tiene origen en la selección de los colaboradores, es imposible aplicar medidas disciplinarias justas pero enérgicas, si el personaje a juzgar o calificar es amigo o imposición partidista, esa actitud invariablemente conforma mafias gubernamentales, proclives a los negocios y corrupción administrativa. ¡AGUAS! Enero 25 del 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martínez Wolf |
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