Lo afirmo como paciente que estuvo al borde de la muerte en un hospital, los derechos humanos son letra muerte en cuanto al servicio que reciben los enfermos, todo está diseñado para que bien trabajen los médicos y se facilite el servicio a quienes regentean o atienden nosocomios públicos y privados; entrar enfermo a un hospital mexicano es jugarse la vida, no existe garantía se salir indemne de agresiones por mal diseño, pésima administración y falta de higiene o fallas.
Todo anda mal, pero lo insoportable para un paciente, es tener que esperar, esperar, esperar, sin piedad, aunque tienen PC´s por alguna ignota razón, los trabajadores de los hospitales, continúan llevando registros en libretas y anotando todo a mano, ni hablar de los expedientes abultados que se crean para llevar control de los ajusticiados, siempre andan perdidos, en fin ¡Sálvese el que pueda!
En mi caso, el medico que me atendió expresó que trataría de que saliera del sanatorio lo mas pronto posible, declarado por el, un hospital aloja involuntariamente, por desidia o descuido, toda clase de gérmenes patógenos, un paciente se interna por un mal y en el hospital atrapa otras bacterias ajenas al desarrollo de su mal o atención al mismo.
Yo la libré por un pelito, desde que entré al sanatorio manifesté mi molestia por la pinche ridícula batita que cubre el frente y deja la espalda y las nalgas al aire, protesta idiota, es norma del hospital y no la pueden cambiar por un iluso paciente que se avergüenza de mostrar a todo el mundo sus nalgas, frondosas o escuálidas, son sus nalgas y no gusta enseñarlas, al margen de lo pudoroso, queda el paciente pésimamente abrigado, protesta denegada, es norma del hospital y les vale madres que el paciente atrape una neumonía, como fue mi caso.
En los pasillos y quirófanos hace un frío del carajo, cuando me llevaron al cuarto de los sacrificios, me dejaron en un carromato plano esperando mas de media hora, mientras preparaban los aparatos de destace y anestesia, protesté manifestando que además de incómodo, me moría del frío, me trajeron otra sabanita que poco me ayudó pero atenuó la torturante situación.
Salí de la operación y me llevaron a sala de terapia intensiva, no se que tan intensa, pero el pinche frío y el incómodo camastro, me hacia dudar si me miaba en la cama o me levantaba al baño para orinar o zurrar, estoy seguro que las camas fueron diseñadas por un verdugo de la inquisición, levantarme era un tormento que los enfermeros trataban de atenuar, pero la falla está en el pésimo diseño de cama y maniobra para manipular pacientes, en el cuarto de recuperación casi muero.
Traigo a colación este asunto por que anteayer un amigo entró a un hospital para ser operado de la columna, mas que del dolor de la operación se quejó del intenso e insoportable frío, sucedió lo inevitable, atrapo una pulmonía que le ha hecho toser, por ello, se le aflojaron los alambres usados para contención de huesos y estos se fracturaron, no saben si morirá de la pulmonía o de la nueva intervención a que con apremio será sometido.
Se que recibiré mentadas de madre de médicos y responsables de los hospitales, creo estarán de acuerdo conmigo miles de pacientes que han sufrido como yo o mi amigo, espero algún médico humanista y humanitario intervenga para rediseñar los equipos y actividad hospitalaria, teniendo como premisa la vida y respeto al derecho de los enfermos que sufren innecesariamente, ¡AGUAS! Enero 18 de 2018 lmwolf@prodigy.net.mx Luis Martínez Wolf |
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