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XALAPA.- Aunque la llamada Ley Silla fue decretada desde el mes de junio pasado, tuvo una prórroga para las empresas de 180 días, volviéndose obligatoria a partir del pasado 15 de diciembre. Sin embargo, a veces no son las empresas sino las propias personas trabajadoras quiénes por las condiciones, optan por permanecer las ocho horas de su turno de trabajo de pie, justo lo que buscaba evitar la Ley Silla. “La silla está por gerencia y hay que caminar mucho y si te vas a sentar y llega un buen cliente ya no hiciste la venta y no hay comisión, así que a veces mejor no vamos (…) sí, duelen los pies y el doctor dice que debo sentarme pero no se puede”, contó Martha, trabajadora de una cadena de papelerías. Esta modificación a las leyes de trabajo, conocida como ley silla, regula que las empresas deben tener un espacio donde las personas trabajadoras puedan sentarse y que cada una debe implementar sus reglamentos internos acerca de la forma en que podrán acceder, sin embargo esos reglamentos se han convertido en un obstáculo para que las personas se sienten. El presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Turismo de Veracruz, José Tomas Méndez Valerio, aseguró que aunque ya todas las empresas deben contar con los espacios de descanso, será en las próximas semanas y meses cuando deberán adecuar los reglamentos para evitar la burocracia y permitir que las y los trabajadores puedan sentarse. “Es una labor burocrática estar firmando y sellando todo eso, pero yo creo que ya ahorita que ya empezó esta ley a funcionar, a partir del 14 de diciembre yo creo que vamos a ir poco a poco adecuándonos y viendo los lineamientos a seguir para no afectar ese tipo de atrasos y ese tipo de situaciones burocráticas de firmar y salir, en estos momentos es momento de ir afinando todo ese tipo de detalles para que podamos tener una situación normal”, refirió. El representante empresarial insistió que la Ley Silla reduce la productividad al permitir a las personas sentarse o tomar descansos, aunque dijo que ésta es benéfica para las personas trabajadoras. “Esta ley sí nos impacta directamente porque nos afecta directamente a la productividad de los gastos operativos, especialmente en los negocios que dependen del flujo constante de los consumidores y más en el caso de las micro, pequeñas y medianas empresas (…) Reduce casi un 20 por ciento el tiempo efectivo de trabajo y lógicamente afecta en el costo de las empresas”, sostuvo. A pesar de la obligatoriedad existen empresas que aún no cumplen con la reglamentación, como una conocida cadena de tiendas de conveniencia que no ha entregado en todas las sucursales las sillas necesarias para que se puedan tomar el descanso. La ley contempla que la Secretaría de Trabajo y Previsión Social realizará inspecciones a los puestos de trabajo, y en caso de no cumplir con la ley, se llevarán a cabo sanciones de entre 250 y 5 mil UMAS, y de 28 mil a 540 mil pesos. La ley no contempla explícitamente nada para los sitios que generen dificultades para realizar el descanso o que desincentiven el mismo. Así las cosas.
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