En este marco, el sacerdote Joel Ireta Munguía, coordinador de la Pastoral de la Movilidad Humana, convocó a la sociedad a ofrecerles desde su alcance, comida, agua, vestido, techo", pero también, "calor humano, amistad, confianza, aliento y esperanza". |
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XALAPA.- Luego de los hechos registrados en los últimos días en la congregación de Canticas, en el sur del estado, donde dos jóvenes hondureños perdieron sus piernas derechas al caer de la "bestia" en su intento de evitar ser asaltados por delincuentes, la Diócesis de Coatzacoalcos hizo un llamado a las autoridades y ciudadanos para solidarizarse y tener empatía con los migrantes que, en busca de obtener una mejor oportunidad de vida, han perdido extremidades al caer o ser arrojados del tren en movimiento por integrantes de grupos delictivos. En este marco, el sacerdote Joel Ireta Munguía, coordinador de la Pastoral de la Movilidad Humana, convocó a la sociedad a ofrecerles desde su alcance, comida, agua, vestido, techo", pero también, "calor humano, amistad, confianza, aliento y esperanza". "Sabemos bien que en esta zona de Coatzacoalcos transitan decenas de migrantes que vienen con el sueño americano, y otros que van huyendo de situaciones de violencia. Ellos llegan en situación vulnerable, sin comer, sin descansar, sin una noche de poder aliviar el cansancio de kilómetros de caminata y desafortunadamente esto los ha llevado a perder partes de su cuerpo", expresó. "Por eso quiero invitar a las personas de Coatzacoalcos y sus alrededores, a las personas de buen corazón para que no nos olvidemos de que somos hermanos, vamos en el camino, todos somos migrantes... algunos de manera legal y otros ilegal pero la diferencia de esto es la economía", reiteró. El también responsable de la Casa del Migrante pidió a las autoridades, instituciones y organismos, que garanticen la seguridad de estos hermanos, "que no impidan, mediante el uso de la fuerza policial, su libre tránsito y que se respeten sus derechos como personas humanas. Así las cosas.
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