Duarte se ha quejado de traición, pero libró la cárcel por delincuencia organizada, tortura y desaparición forzada de personas
MEMORANDUM 1.- Aunque una versión asegura que debió haber sido procesado por delincuencia organizada, tortura y desaparición forzada de personas, el exgobernador Javier Duarte de Ochoa – quien estaría a punto de salir de prisión – fue condenado a nueva años de cárcel por lavado de dinero y asociación delictuosa, lo que le habría permitido reducir su sentencia, pues, de entrada, sólo una parte de los miles de millones de pesos desviados durante su gobierno quedaron documentados, en tanto la Fiscalía General de la República solo logró acreditar una parte bajo los delitos ya citados de asociación delictuosa y lavado de dinero. Pese a ello, como si hubiera sido una blanca paloma o un chivo expiatorio del sistema, Duarte ha declarado en varias ocasiones que fueron las traiciones las que lo llevaron a prisión. En ese tenor, a lo largo de estos casi 9 años que ha estado en prisión, a través de sus redes sociales el ex gobernador ha enumerado en distintas ocasiones los nombres de las personas que según él, le dieron la espalda, lo traicionaron o simplemente voltearon para otro lado. En primer lugar, aunque nunca lo ha calificado de traidor, pero si lo acusó de darle la espalda y voltear hacia otro lado, ubicó al expresidente Enrique Peña Nieto, de quien lamentó que cediera a las presiones mediáticas y políticas orquestadas por el entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y el entonces gobernador electo de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares. A quien, no ha dejado de señalar de traidor, es precisamente a Osorio Chong, y lo refiere como el organizador de la persecución política, mediática y de seguridad en contra de él y su familia. El propio Duarte, reconoció que accedió a declararse culpable por las amenazas del exfuncionario federal hacia su familia. Otro caso se refiere a su amigo de muchos años, el ex tesorero Tarek Abdalá Saad, quien al verse perseguido por la Fiscalía General de la República por los desvíos de recursos, decidió declarar como testigo y evitar la prisión a cambio de contar cómo su jefe ordenaba los desvíos de recursos. Fue el propio Tarek quien narró cómo se ordenaban los desvíos, a través de la famosa licuadora, y luego con esos recursos se pagaba joyería y otros lujos para Karime Macías, la entonces esposa de Duarte; o una casa en Boca del Río para Xóchitl Tress, mencionada por él como la novia del gobernador. Duarte lo ha calificado como malagradecido y traidor, a quien no sólo hizo tesorero, sino también diputado federal por el PRI y lo defendió cuando se le intentó desaforar, precisamente por el tema los desvíos de recursos. Otros que en su momento jugaron un papel fundamental para el encarcelamiento de Duarte son dos de sus mejores amigos, por un lado el extesorero envuelto en el escándalo de las maletas voladoras con dinero, Vicente Benítez González. Tras defenderlo de ese tema, debido a que supuestamente los 25 millones de pesos detectados en el aeropuerto de Toluca iban para la campaña del entonces candidato a la presidencia de México, Enrique Peña Nieto, lo hizo funcionario de la SEV y posteriormente diputado local. Luego de eso, Vicente Benítez dio información al entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y era común verlos en los eventos públicos. El otro fue Juan Manuel del Castillo González, señalado como el responsable de haber entregado a Yunes Linares la ubicación de una bodega con bienes de la familia Duarte-Macías, donde destacó un diario de la exprimera dama repleto con la frase “Merezco abundancia”.