De Veracruz al mundo
MARIO ULISES PEREYRA ESQUIVEL
Mario Ulises Pereyra Esquivel
2020-04-23 / 13:02:02
A UN AÑO DE DISTANCIA




El próximo 23 de éste mes de abril se cumple un año del sensible y lamentable fallecimiento del extraordinario artista plástico que fue Don Teodoro Cano García, nacido en el Barrio del Zapote, en el perfumado Municipio de Papantla de Olarte, Veracruz, el 29 mayo de 1932, segundo de dos hijos del matrimonio formado por don Luciano G. Cano y su esposa María Luisa García.



La vida empezó muy temprano para éste extraordinario personaje pues desafortunadamente cuando apenas contaba con año y medio de vida tras penosa enfermedad falleció su madre, por lo que su padre tuvo que llevar a sus dos hijos, Carmen y Teodoro a vivir con su hermana Valeria, cuando tenía 6 años de edad su padre casó en segundas nupcias y él se quedó a vivir con su padre y madrastra, en éstas condiciones se puede asegurar que la infancia de Teodoro no fue feliz ni placentera, lo que lo hizo ser taciturno, callado y penoso para expresar lo que sentía en forma oral, pero tal vez eso lo llevó a plasmar todo lo que sentía en su interior y todo lo que veía en el exterior en la pintura y la escultura de su extraordinaria producción, aunque también es innegable que la vena artística ya la traía pues su padre, “Chano” como era conocido popularmente en Papantla, era un excelente, músico, compositor y poeta de una gran sensibilidad quien además, elaboraba figuras de barro cocido, que en forma artística decoraba, y que comercializaba sobre todo con visitantes que asistían a admirar las bellezas del Tajín, Teodoro empezó a interesarse en la pintura cuando veía y ayudaba a su padre a pintar las bateas de cedro, que utilizan la indígenas para transportar su mercancía sobre la cabeza, quien las decoraba con vistosas figuras pintadas al óleo, destacando la vainilla en floración, las caritas sonrientes, el paisaje de la región, o bien rostros de las mujeres papantecas y los nichos del Tajín, por lo que Teodoro desde pequeño se familiarizó con el olor de la pintura, sus ropas se acostumbraron a las manchas policromas, y se fue adiestrando en el uso de las brochas y los pinceles.



Teodoro en alguna entrevista de las múltiples que concedió a los periodistas en su vida profesional comentaba” Todos dicen que es difícil vivir con una madrastra, en realidad fui un niño que disfrutó su edad propia porque en aquel tiempo Papantla era un pueblo pequeño, empedrado, con mucha vegetación, arroyos y muchas costumbres y tradiciones como las que tenemos hasta la fecha, aunque en aquel tiempo se celebraban con mayor entusiasmo y alegría. Esa niñez a mí me pareció extraordinaria “chapotear” el agua en las calles, en los arroyos, en el río, ir al monte a descolgarse de las lianas de los árboles, ir a traer tierra para las plantas en el día de muertos, o traer naranjas, tepejilotes o las ramas para la ofrenda son recuerdos inolvidables. Entonces, todo esto era un quehacer que se disfrutaba plenamente en el seno familiar. Eran cosas maravillosas, esa ha sido mi niñez. Yo creo, y te lo digo con toda honestidad, que mi vida a pesar de que fue difícil desde el punto de vista de los bienes materiales, se ha desenvuelto en una forma bella” es indudable que siempre le salía la sensibilidad y la vena artística en todos los actos de su fructífera vida.



Teodoro tuvo su primer contacto con el gran muralista Diego Rivera en 1946, cuando éste visitó la Ruinas del Tajín, acompañado de personajes como el pintor Xavier Gurrero, el caricaturista huatusqueño Ernesto el “chango” García Cabral y el poeta papanteco, José de Jesús Núñez y Domínguez, uno de los anfitriones del artista del mural lo fue Don Raúl de Cueto, quien se permitió llevarlos a la casa del Sr. Cano para que admiraran y de ser posible adquirieran algunas de la bateas decoradas por Chano y su hijo, de éstas Diego compro varias para su colección de arte popular, Teodoro venciendo la timidez que lo caracterizaba se le acercó y entre otras cosas le dijo que le



gustaba dibujar, habiéndolo agarrado de buen humor le pidió al chamaco descalzo de escasos 14 años que le mostrara sus habilidades, le dieron papel y lápiz y casi de inmediato le hizo una caricatura a Diego, al terminarla todos celebraron con grandes risotadas, el gran parecido, inclusive uno de ellos le dijo al “chango” éste chamaco te gana “chango”, de inmediato Diego le pidió que pintara el paisaje que estaban viendo, así lo hizo Teodoro, y se lo entregó , se despidió entregándole una tarjeta para que cuando fuera a la ciudad de México lo buscara. Días después armado de valor va a Cd. De México al barrio de Coyoacán y ya ante el pintor, le dice “Soy Teodoro Cano, el hijo de “Chano” el de las bateas de Papantla” y le extendió la tarjeta que meses atrás el mismo se la había entregado. Ahí como ayudante del pintor Teodoro duró aproximadamente cuatro meses diciéndole el artista que el necesitaba un auxiliar que tuviera mayores conocimientos que, estudiara y que después regresara con él, dándole en ese momento una carta dirigida al Sr. Gobernador de Veracruz Don Adolfo Ruiz Cortínez, en donde le solicitaba una Beca para que Teodoro pudiera estudiar pintura.



Una persona determinante en la vida de Teodoro lo fue el Sr. Alfredo Gudini, Presidente del Consejo Municipal de Coatzintla , Veracruz, quien al enterarse que el Sr. Gobernador lo visitaría en su Municipio de inmediato se dio a la tarea de remozarlo y para ello contrató a “Chano” su amigo de Papantla, con quien al platicar lo enteró que su hijo Teodoro lo acompañaría pues pintaba inclusive mejor que él, al enterarse le encomendó que hiciera un retrato del Sr. Gobernador para que se lo entregara en su visita, cosa que así sucedió, algunos meses después con 15 pesos en la bolsa, Teodoro se traslada a Xalapa intentar ver al Gobernador y entregarle la carta de Diego Rivera, después de varios días de intentarlo sin conseguirlo y gracias al Sr. Gudini quien se había incorporado como auxiliar del Gobernador, pudo al fin hablar con el mandatario estatal, y entregarle la carta de Diego Rivera, que escuetamente decía “ Me permito recomendar a sus finas atenciones al .portador de la presente Teodoro Cano García, joven papanteco, con muchas aptitudes para el dibujo y la pintura de la cual me ha dado muestras. Me atrevo a solicitarle su ayuda económica para que éste jovencito pueda ingresar a la Academia de San Carlos a estudiar pintura, pues no olvido que en 1907, cuando tenía 21 años, fue un Gobernador Veracruzano, Don Teodoro A. Dehesa, quien me proporcionó una beca para que pudiera estudiar pintura tres años en Europa, creo sinceramente que Teodoro puede llegar a ser un gran artista plástico en un futuro. Ya el Secretario de gobierno, Lic. Ángel Carvajal, se encargó de realizar los trámites para la beca y “generoso” como era Don Adolfo le entregó $ 200.00 pesos para su traslado a la ciudad de México.



Ya inscrito como alumno, en la famosa Academia de “san Carlos”, el joven artista empezó a incursionar en el papel y el lienzo, trazando bocetos, soltando la mano con el crayón, el pincel, la espátula, la gubia, el lápiz, la plastilina y el barro, bajo la atenta mirada y dirección de sus maestros Luis Sahagún, Pastor Velásquez , Antonio Rodríguez, Andrés Henestrosa y José Chávez Morado entre otros, en 1951 el joven Teodoro Cano García, recibió su carta de Pasante como Maestro de Artes Plásticas de manos del Presidente de la República Lic. Miguel Alemán Valdés, en una solemne ceremonia celebrada en el Anfiteatro Bolívar de la Escuela Nacional Preparatoria, recibiendo además la medalla “Justo Sierra” , por mejor aprovechamiento, la carta al mejor pasante y la de mejor promedio, distinciones inimaginables pero justas y merecidas como recompensa a la dedicación, estudio, esfuerzo y mil sacrificios que tuvo que afrontar durante tantos años. La obra surgida de la extraordinaria mente de Teodoro es muy numerosa y se encuentra en muchas ciudades del Estado, País y del extranjero.



En 1969, cursaba yo el 5° año de la carrera de Derecho y vivía en una departamento ubicado en la calle de Salonio # 10, cuando un buen día me encuentro a un amigo extraordinario de Poza Rica como lo es Leonardo Zaleta quien me dice que andaba a la búsqueda de algún espacio para vivir, a mí se me hizo fácil ofrecerle que si quería se fuera a mi departamento y así lo hizo previo pacto de su parte para la renta, a los poco días me dijo que si podía invitar a vivir otro amigo de nombre Rafael Junquera Maldonado y lo acepté, en esos días me ofrecieron el nombramiento de Secretario de la Escuela de Bachilleres Nocturna en la Ciudad de Orizaba, aceptándolo por lo que me trasladé a radicar a dicha ciudad sin quitar todavía mi departamento, en el cual se quedaron Zaleta y Junquera, pasaron alrededor de 15 o 20 días en que no vine a Xalapa, y cuando lo hice me encuentro con que en mi departamento ya se encontraba habitando otro amigo que resultó ser Teodoro Cano García, de quien me dijo Leonardo que era su amigo y además un extraordinario artista plástico que a invitación del Dr. Carlos Díaz Román y por intervención del poeta papanteco Carlos Juan Islas, Director de Divulgación Cultural de la Universidad, lo había invitado para ser Director del Taller de Artes Plásticas y que por lo tanto había tenido que trasladarse a ésta ciudad, y que no tenía donde quedarse, que lo estaba haciendo en un hotel pero que era muy caro y que estaba esperando que le pagaran su primer sueldo y entonces buscar donde vivir y traerse a su familia, yo le dije estaba bien que , únicamente vendría por unos días pues de alguna manera me encontraba en la misma situación pues esperaría mi primer sueldo para buscar donde vivir en Orizaba, que en tanto me habían dado asilo unos amigos de Coatzacoalcos, entro otros Luis Fernando Broca Castillo y Roberto Gómez Moure, en un departamento, de esa manera conocí traté y me hice amigo de Teodoro Cano García, quien más adelante me presentó a su esposa la Señora Yolanda Assaleih, con quien hasta la fecha tanto mi esposa Elena como yo hemos sostenido una estrecha amistad.



La obra artística surgida del talento de Teodoro es invaluable, prolífica y diversa, destacando en caballete , María con flor de huizote, madre con tres hijos, Ofrenda, Maternidad, el descanso, enamorados, la Novia del Volador, la Leyenda de la vainilla, entre otras, en tanto que los murales más destacados son : el realizado en el edificio de la Sección 30 del Sindicato de Petroleros en Poza Rica, en honor al trabajador petrolero, ejemplo de valor y esfuerzo en el exterior y al interior en el auditorio en el mismo edificio; aquí en Xalapa su obra puede apreciarse en diversas instituciones educativas y edificios públicos como son: Agrarismo veracruzano, y del Agrarismo a Echeverría (1969-1974), en el Edificio de la Liga de Comunidades Agrarias en la plazuela de San José, en 1975 plasma en el histórico edificio de Juárez 41 en donde nació la Universidad Veracruzana “ La Psicología como ciencia”, más adelante en 1978 en la Biblioteca de la ciudad realiza el mural dedicado a Quetzalcóatl, la Secretaría de Educación de Veracruz, también cuenta en sus muros la obra del muralista con su creación la “Historia de la Educación Federal” realizada en 1985, en tanto que en el Centro de Alta Especialidad Dr. Rafael Lucio en su fachada principal luce la obra relevante de Teodoro en el mural “Historia de la Medicina “ ejecutada en 1989, destacándose el artículo Constitucional que declara a la salud como un derecho de los mexicanos, tema que adquiere un gran relevancia en éstos momentos en que la salud de nuestro pueblo se encuentra amenazada y al Gobierno parece no importarle; la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana da cabida a otro extraordinario mural que tiene que ver con otro de los anhelos del pueblo mexicano “La Justicia” surgido en 1995, y que plasma al pueblo totonaca hoy tan asolado precisamente por la falta de justicia y orden en esa zona, otro mural se admira en la planta baja del edificio de Rectoría, inspirado en el arte totonaco: en 1997 en el edificio de la Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen realizó en concreto armado de 10 por 18 metros el mural “ Homenaje a la Reforma



Educativa liberal” en tanto que el año anterior había realizado el “ Monumento a la mujer” una escultura en cemento en Gutiérrez Zamora, Veracruz, y mientras realizaba el mural en la normal veracruzana se daba tiempo para viajar a la ciudad de México a dar forma al mural “ Mis Raíces” realizado en la estación Bellas Artes de dicha ciudad y posteriormente en la Facultad de Psicología de U.V., otro extraordinario mural “ El Equipo de Salud y el Producto de la Tierra en beneficio del hombre”; para el año siguiente en el Tribunal Superior de Justicia de Tepic Nayarit realiza otro extraordinario mural bajo el tema de “ La Justicia”. Rinde homenaje a la tierra que vio nacer a su compañera de vida la Sra., Yolanda Assaleith, al realizar en Colima el mural “Cultura Colimense.



Un hombre incansable para la creación recibe el nuevo siglo trabajando y en el año de 2001 ejecuta en la Sala de Banderas del Palacio de Gobierno su obra “Historia de las Banderas”, todo esto narrado fue en Xalapa, pero en Papantla su lugar de nacimiento realizó también innumerables obras destacándose entre otras el “Volador”, el mural sobre la barda de la Iglesia del lugar, el Cristo monumental en Tihuatlán, pintó carteles para las feria se Corpus Christi e infinidad de Oleos que has sido exhibidos en Galerías de muchas ciudades de México y el extranjero.



Con ésta modesta reseña de la vida y obra de la cual con seguridad falta mucho, de mi amigo Teodoro Cano García lo único que persigo es que se le recuerde en este su primer aniversario de su partida física, y que se le dé realmente el valor artístico y cultural a la magnífica obra que realizó durante su fructífera vida, pero sobre todo que las Autoridades Educativas del Estado difundan y den a conocer entre la niñez y juventud veracruzana la obra pero sobre todo el espíritu que caracterizó al artista y la modestia y sensibilidad y su bohonomía con que siempre actuó.



Descanse en Paz un gran artista, maestro y extraordinario amigo veracruzano Teodoro Cano García.



(Trabajo realizado consultando el libro” Teodoro Cano Tiempo sin Sombra “ de la autoría del escritor Pozarricense Lic. Leonardo Zaleta, quien gracias a él conocí desde mi juventud a Teodoro Cano García).



Lic. Mario Ulises Pereyra Esquivel Xalapa, Ez., Ver. Abril 15 de 202

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