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XALAPA.- Al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) no se le debe destruir ni cuestionar, sino por el contrario, se deben encontrar las formas de fortalecerlo, asegura José Ramón Cossío, ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. “El reto de conciliar calidad, robustez, oportunidad y responder a los retos emergentes del Covid- 19 es lo que hoy estamos necesitados”, asienta por su parte Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Ambos participaron en la presentación del libro “Contar verdades. La saga del Inegi”, escrito por Mario Palma Rojo, ex vicepresidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En ese marco Alicia Bárcena asienta que ante un mundo de incertidumbre y, sobre todo, para responder a los retos emergentes como el del Covid- 19, un instituto de estadística como el Inegi, debe de tener una autonomía plena y total, a la par de un banco central; así como evitar a toda costa que se ideologice. Añade que “el reto de conciliar calidad, robustez, oportunidad y responder a los retos emergentes del Covid- 19 es lo que hoy estamos necesitados. Saber en qué certidumbre e incertidumbres nos movemos; tener un sistema de información que involucra todo el Estado mexicano y sus tres poderes nos parece sensacional. Que no es una institución (Inegi) burocrática, yo creo que es algo único en el mundo”. “A nadie le conviene, más allá de ideologías, que el Inegi sea un órgano débil, que pierda su autonomía (…) lo menos aceptable en un órgano autónomo es que se le trate de ideologizar. En unos años nos podríamos enterar que el número de pobres no ha disminuido, que las desigualdades se han incrementado o entender que la corrupción si se ha combatido, cuando en realidad no ha sido cierto. Es como ir al futuro a ciegas y con una debilidad enorme en la comprensión de lo que está ocurriendo”, manifiesta José Ramón Cossío, por su parte. Para ejemplificar la importancia de tener un órgano institucional que de certeza en sus conteos, Julio Santaella, presidente del Inegi, cita a Suhail Joshi, cofundador de Mixpanel: “La mayoría del mundo toma decisiones basadas en adivinanzas o en el instinto, por lo tanto, ellas tendrán suerte o estarán equivocadas”. Santaella asegura que quienes se dedican a hacer información estadística o geográfica prefieren no depender de la suerte, ni del instinto. “Sabemos que el proceso en la toma de decisiones debe de estar basado en información que sea confiable y de valor. Así como se debe promover el uso de la información, ya que estadística que no se usa pierde valor”. En su intervención, Mario Palma asevera que se debe “medir y medir bien la realidad" (veraz y oportuna). "La estadística debe ser independiente a cualquier consideración y a cualquier interés”. El autor del libro sostiene que hay una sombra, en donde en algún país del mundo está sucediendo: una intervención contra el derecho de los individuos a recibir información veraz y oportuna, como los grandes riesgos que se mantienen y que están ahí. “Tenemos que evitar, como dijo el ministro Cossío, ideologizar el Inegi. No se puede cambiar la estadística porque alguien se dará cuenta”. Añade que los retos inmediatos son: presupuesto y cómo captar talento. La revolución tecnológica va a requerir gente más capacitada y muy especializada en esas áreas.
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