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Ante la aprobación que hace el Congreso de Veracruz para permitir la “interrupción legal del embarazo” (ILE) hasta las 12 semanas de gestación, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) sólo puede “lamentar” este hecho y “dejar claro que constituye una grave injusticia que permite cometer un mal inaceptable en contra de otro ser humano en su etapa más vulnerable, cuando requiere mayor protección junto con su madre”. En un comunicado firmado por el Obispo de Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, Jesús José Herrera Quiñónez, Responsable de la Dimensión Episcopal de Vida, la CEM anota que ven “con pena” que algunos legisladores “no prestan atención a los motivos que orillan a una madre embarazada a considerar el aborto” y agrega que “el aborto no soluciona ninguno de los problemas de las madres que están gestando, y solo las convierte en madres de un hijo muerto”. El 15 de julio de 2021 en el Congreso del Estado de Veracruz, se presenta la iniciativa para modificar la ley para consentir abortos en las primeras 12 semanas de gestación, “sin protección para la vida del hijo en gestación, así como consentirlo también en algunas causales en cualquier momento del embarazo, sin consideración a la vida del hijo, apunta la CEM en su comunicado. Así, el martes 20 de julio se realiza la votación y se modifica el código penal para consentir al aborto, “a pesar de que la constitución de esa entidad protege la vida desde la concepción”, anota el prelado en su calidad de vocero de la CEM, quien también menciona que “esto sucedió no obstante numerosas manifestaciones de parte de la sociedad civil para intentar frenar este hecho”. “Desde una perspectiva de la promoción plena de la dignidad humana, también advertimos que esta acción permisiva del aborto deja de lado las inquietudes más apremiantes de la sociedad, relacionadas sobre todo con la inseguridad que se sufre en numerosas zonas del país, con la atención de las necesidades de salud de los ciudadanos, con la urgencia que padecen millones de familias por encontrar empleo, y con la preparación de la reanudación de la actividad en las escuelas”, señala. El pronunciamiento anota que “respaldamos y nos unimos a las acciones de los señores obispos y fieles en el estado de Veracruz hasta garantizar plenamente la protección jurídica de la vida de todo ser humano antes y después de nacer por igual, sin discriminarlo por su grado de desarrollo”. En el plano religioso señala que “ponemos en manos de la Santísima Virgen María esta intención y estas acciones, y nos encomendamos a su intercesión ante Dios, para que suceda una profunda conversión de los corazones, y se revierta este atentado contra los hijos e hijas que se encuentran en el vientre de sus madres”. Igualmente dice el Obispo que “desde la dimensión episcopal de la pastoral para la vida alzamos la voz y nos sumamos a la preocupación de los obispos y de los fieles católicos de la provincia eclesiástica de Xalapa”. De la misma forma recuperar las palabras el Papa Francisco en una entrevista televisiva en enero del presente año, donde dijo: “Lo que pierde utilidad se descarta. Las personas que no son útiles se descartan. Se descartan a los niños, no queriéndolos o cuando simplemente no son queridos. Antes de nacer se cancelan en la vida”. Así mismo -agrega- en la declaración conjunta de los obispos de México sobre el don de la vida y la dignidad humana expresamos lo siguiente: “Celebramos que cada persona es creada por Dios como un ser que merece ser amado por sí mismo y nunca deber ser usado como mero medio. La vida que cada ser humano posee desde la concepción y hasta la muerte natural, es un don que hay que custodiar como algo verdaderamente sagrado”.
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