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XALAPA.- El diputado Juan Javier Gómez Cazarín, vela tempestad y no se hinca. Y es que, como si el clima político de Veracruz estuviera para bollos, arribó este miércoles a las instalaciones del OPLE en el puerto de Veracruz, donde se concentra la militancia morenista en espera de los resultados del conteo final de actas de la votación a la alcaldía porteña. Lo anterior no tendría nada de malo si en el Congreso del Estado no hubiera un enorme rezago, como el nombramiento de los nueve integrantes del Consejo Estatal Ciudadano, el órgano del mecanismo estatal de coordinación en materia de búsqueda de personas, un tema sensible del que hay múltiples quejas por parte de los Colectivos ante la falta de interés por avanzar. Tampoco tendría la menor importancia, si no fuera porque el Congreso de Veracruz ejerce un presupuesto nominal de 726 millones de pesos para este ejercicio fiscal y está catalogado como uno de los más caros del país, según un diagnóstico del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), que también destaca que el gasto de este Poder rebasa casi 20 millones de pesos el promedio de 442 millones de pesos a nivel nacional. Además, habría que mencionar el detalle de que cada diputado del Congreso de Veracruz que preside una comisión legislativa, cobra 146 mil pesos mensuales y hasta 200 mil pesos con bonos, compensaciones y otras ayudas, en tanto el presidente de la Junta de Coordinación Política, es decir, el diputado Cazarín, cobra más de 300 mil pesos al mes, y todos los diputados tienen acceso a un rubro de ayudas con un monto anual para cada uno de 3 millones 840 mil pesos para gestión en sus distritos. Y no obstante que el reglamento del Congreso obliga a los integrantes del Poder Legislativo a sesionar, cuando menos, una vez por semana durante los periodos de sesiones ordinarias, el diputado local de Morena con licencia sigue dedicado a la campaña política, pese a que el pasado 2 de mayo inició el periodo de sesiones, las cuales continúan sin reanudarse en una franca violación al reglamento del gobierno interior del Poder Legislativo, y no obstante que la Junta de Coordinación Política dispuso reanudar las plenarias hasta el 9 de junio, después de las elecciones, lo que no sucedió, pues Gómez Cazarín prefirió irse a la grilla y a reclamar un presunto fraude electoral en las elecciones municipales del puerto de Veracruz, mientras 96 municipios son un polvorín, según el Organismo Público Local Electoral. Habrá que ver si a Cazarín no le sale más caro el caldo que las albóndigas.
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