Los hombres del dinero siguen varados.
El hijo de Atanasio se hace como el Tío Lolo, muy aparte de que es un sujeto que no cumple su palabra, le vale madre la situación por la que están atravesando los generadores de empleo.
En días pasados el presidente del Consejo Empresarial Metropolitano de Xalapa, Octavio Jiménez Silva, lamentó el que aun cuando ya estaba hecho el compromiso, desde hace un año, es hora que no les paga el hijo de Atanasio.
Tomando como pretexto la pandemia, y ante el corredero de trabajadores, no ha sido posible concretar las validaciones de las deudas de allí que no reciba su dinero la clase empresarial.
Ya son varios los años que tiene este problema y lo que no logra entender el hijo de Atanasio es que se trata de una deuda institucional, son pagos que deben hacerse por servicios prestados al gobierno del estado.
Lo cierto es que esta administración no ha mostrado voluntad de pago, la han agarrado en contra de este pobre sector, olvidándose que son ellos los que dan empleo a un buen número de xalapeños, son esas medianas empresas las que brindan estabilidad laboral a miles de familias, gracias a que han hecho un sobre esfuerzo por no bajar la cortina en cientos de hogares, al menos, hay lo indispensable para comer, para medio llenar la tripa.
Pero eso al hijo de Atanasio y a su pandilla les vale madre, son obtusos, insensibles, ellos solo ven sus intereses, los demás es lo de menos.
La deuda que viene arrastrando los empresarios es considerable, los tiene al borde del colapso, muchos de ellos no aguantaron la situación y dejaron todo al olvido. Otros han vendido una parte de lo poco que tenían para medio saldarla deuda y medio poder trabajar.
Por lo mientras son cerca de 200 empresarios los que están en situación de bancarrota, sobreviviendo junto con sus empresas y sudando la gota gorda para el pago puntual de sueldos.
Pero que tal el hijo de Atanasio, ese endeudando al estado cada día más.
Lo que sí ha llevado a cabo y de manera muy exacta, este gobierno, es hipotecarse más.
En días pasados el secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, sin mayor empacho dio a conocer que ya se analiza la posibilidad de solicitar a las instituciones bancarias un crédito de corto plazo cercano a los mil 500 millones de pesos, y sabe para qué, nada más y nada menos que para sacar adelante los compromisos de fin de año.
Por favor.
Les agarraron las carreras. Todo lo metieron en las elecciones, dicen.
Ante tanta deuda habrá de ser más el tiempo que se necesite para pagar las obligaciones financieras que de los créditos deriven y un costo más elevado de los mismos, eso no negarlo.
Lo sobresaliente del tema es la habilidad que tiene el titular de Finanzas para escudarse, ya que a modo de pretexto dijo que la cantidad de este nuevo empréstito representaría apenas una mínima parte comparado con el crédito que solicitó el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien para cerrar 2017, solicitó un préstamo por el orden de 4 mil 400 millones de pesos.
Vaya gusto, tan sinvergüenza uno como el otro.
No cabe duda que los chairos son tramoyistas.
Lo cierto es que, para Veracruz, esto de las deudas ya es un verdadero problema y veamos si no.
Nuestro estado presenta elevados niveles de pobreza, tiene un crecimiento acelerado en sus compromisos, es una buena cantidad de recursos los que destinan al refinanciamiento de la deuda, eso sin mencionar las insuficiencias de liquidez.
Otro de los grandes riesgos para Veracruz, son los elevados intereses que se pagan.
Eso es cinismo, no chingaderas.
Pobre Veracruz.
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