Por varias razones este proceso electoral, que está a punto de concluir, es histórico.
La participación de aspirantes fue abultada, el abanico de opciones que tuvo el votante fue admirable. La indigestión electoral que sufrió el ciudadano no fue cualquier cosa.
Pero también, sin lugar a dudas, esta elección se habrá de reconocer como a más violenta en toda la historia, con un espacioso dígito de ataques políticos, homicidios, levantones tiroteos, agresiones contra domicilios de candidatos, sedes partidistas, o bien vehículos de políticos, entre otros.
De citarle un ejemplo, estaríamos dejando fuera muchísimos hechos atroces que han tenido lugar en el contexto de esta jornada electoral.
Algo que debemos resaltar es que, curiosamente, cerca de las tres cuartas partes de todas estas embestidas fueron contra precandidatos o candidatos opositores al gobierno del partido en el poder.
Conforme se acercaba el día de la jornada electoral las agresiones fueron subiendo de tono y en número.
Dejando de lado el instituto político a que pertenecía la víctima, los hechos sucedidos no solamente obscurecieron el proceso electoral, sino también se remite una pésima imagen al exterior, sin lugar a dudas que nos deja muy mal ubicados en cuestiones de seguridad, y el perfil que se tiene de nuestro país en el extranjero, ya ni para repetirlo.
Todos estos actos de violencia solo dejan en claro el alto grado de inseguridad que se vive en nuestro país, donde tal parece que los responsables de bridar seguridad a los mexicanos no están trabajando.
Y eso de la prevención del delito es algo que les vale madre.
Pese al plan de protección prometido por el tabasqueño, los números son bastante lamentables, como también resulta atroz que el señor López y su partido de manera constante atacaron la legitimidad del Instituto Nacional Electoral (INE) con el único fin de desacreditar y judicializar la contienda.
Aun cuando la inmensa mayoría de los candidatos expusieron propuestas viables no fue posible parar la andanada de ataques.
Desafortunadamente en este proceso se registraron cerca de un centenar homicidios de personas sin militancia política. Ya que también capacitadores del INE, mandos de seguridad, servidores públicos a los cuales no se comprobó alguna inclinación partidista
Al igual que no aspiraban a un cargo de elección popular.
Lo cierto es que esta elección habrá de quedar marcada como la más violenta, como elección donde fueron masacrados innumerables candidatos y precandidatos.
Algo bastante lamentable de reconocer es que esto apenas es el inicio, en el próximo proceso electoral habrá de comenzar a normalizarse la violencia, por lo que, desgraciadamente, ya no será sorpresa que maten a este o aquel candidato.
Una lástima. |
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