Mientras el presidente practicaba béisbol y uno de los lanzadores le daba bolita suave para que la pusiera lejos en los jardines del campo, en México, en el TRIFE, parecería tarde de pelota caliente, el esquema político ardía en manos de los magistrados. Era más o menos como si se estuviera en el cierre de la novena entrada, con two out (tu aut, diría un cuenqueño) y las bases llenas. Los magistrados ahora no vendían caro su amor, como la aventurera de Lara. Solo uno de ellos, de quien se sospechaba que es más morenista que el mismo presidente AMLO, el magistrado presidente votó a favor de que Félix Salgado Maspenodio siguiera en la ruta del bandidaje. Perdieron los dos candidatos de Morena y las campanas de los pueblos comenzaron a tañer, los grupos de colectivos feministas brincaban de gusto. Un violador no será gobernador, gritaron a su tiempo. Pero no es indio quien no se venga, y Félix Salgado ahora quiere proponer a su hija de candidata a gobernadora, y con ella de la mano, gobernar. Derrotados.
La otra noticia de que el mismo TRIFE le dio palo a la sobre representación de que goza Morena y ahora intentan emparejar el marcador, para que esa Cámara se comporte como la gente y no reciba consignas de ni siquiera quitarle una coma. Otra derrota.
Una más, el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) declaró que va a proceder ante la SCJN porque eso de andar pidiendo los datos personales para los teléfonos, es muy inconstitucional y deja en estado de indefensión a todos los portadores de celulares. Más derrotas.
Con esos marcadores, se espera que la Ley Zaldívar, donde pretenden reelegir disfrazadamente al Magistrado presidente de la SCJN le den palo y vaya pa’ atrás, diría otro cuenqueño. Y cómo lo va a querer dejar el pillín, si gana el angelito mensualmente 283 mil 028.41 pesos mensuales, de acuerdo con el presupuesto de Egresos de la Federación, más vacaciones, aguinaldo, seguro institucional y de gastos médicos mayores, un pase para el Acuario de Veracruz y hasta alguno que otro viaje a Disneylandia. Jeje. Vendrá la derrota.
Ayer los noticieros fueron lo mismo, eran una calca unos de otros, esas noticias y el diputado poblano pederasta, del que piden su desafuero y que huye porque le espera la cárcel y en la cárcel, uno ya sospecha lo que les hacen a los violadores. Derrota final.
DEL HIJO AL PADRE (LOS SCHERER)
Trascendió en ese mismo día, después que el periódico el Financiero publicó una encuesta, donde el programa Las Mañaneras del presidente AMLO, caía de la aceptación y, digo yo, parece aquella vieja Hora Nacional, donde todos los domingos por la noche las radiodifusoras del país obligatoriamente se encadenaban para difundir un programa que grababan los gobiernos y eran más aburridos que ir a un entierro. La Hora Nacional no la oía ni quién la hacía. Así está ocurriendo ahora con Las Mañaneras de AMLO, su púlpito que utiliza para pelear con medio mundo. El Financiero asegura que la audiencia ha caído 12 puntos, de 49 a 37, lógico, tanto verlo diario con lo mismo, aburre. A otro tema. Cuando uno fue una gente de renombre, marcado como el mejor periodista de México, por su honorabilidad y su crítica al gobierno, a los que nunca se rendía, desde que Echeverría le dio un golpe de Estado periodístico a Excélsior, y mandó a Julio Scherer García, a nacer un proyecto llamado Proceso, uno debe legar a los hijos que, al menos, si no ejercen el periodismo, que su conducta a los periodistas y reporteros sea de respeto. El hijo de Julio Scherer, del mismo nombre, asesor jurídico de AMLO y la presidencia, criticó a los periodistas del por qué le preguntaban al presidente cosas que el INE y la ley le prohíben contestar. Y los mariachis tronaron. En el tuiter lo apabullaron, le dijeron que su padre seguro se retorcía dónde estaba por ese comentario. Y es que todos saben que los seudo reporteros de Las Mañaneras, solo van a hacer preguntas que el director de comunicación, Jesús Ramírez, les ordena que hagan. Scherer se disculpó: “Lamento que una frase coloquial que expresé esta mañana, se confunda con un llamado a la censura. Nada más alejado de mis convicciones que eso. Mi respeto incondicional a los periodistas es absoluto. Ofrezco una sincera disculpa por ello”. Ándale, hijo de la leyenda.
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