Los sangrientos acontecimientos ocurridos en los últimos días en la entidad veracruzana en mucho han venido a menguar al partido en el poder. Lo están terminando de hundir.
La administración que encabeza el hijo de Atanasio no ha dado los resultados prometidos, son más los fracasos que los aciertos, los desatinos que las prudencias. A lo anterior debemos agregarle los escandalosos actos de corrupción e impunidad en que han caído algunos de los incondicionales del hijo de Atanasio. Muchos de ellos en lugar de favorecerle lo están perjudicando enormemente.
Ejemplos sobran, abundan.
Allí tenemos a la Reina del Nepotismo, a la legisladora local que una vez soñó con aposentar sus glúteos en la silla principal del palacio municipal xalapeño. Pero lo que nunca quiso reconocer esta arrogante legisladora es que ella no representa nada ni a nadie, mucho menos los capitalinos veracruzanos sufragarían, otra vez, por su trastornada causa.
Otro personaje dañino es el primo incomodo que, aunque se maneja con bajo perfil, cae en la inmoralidad su forma de conducirse. Le vale madre todo, lo suyo es hacer dinero, lo que le importa es acomodar a su parentela en cargos privilegiados.
El número dos del organigrama también es otra almendra en el zapato del hijo de Atanasio, ese lo empina a cada rato, claro en el buen sentido de la palabra, y el solterón ni en cuenta. Y qué decir de “El Carón”, ese que hace las veces de pastor mayor en el rebaño de los chairos en el congreso local, un tal Juan Javier Gómez Cazarín, esa es otra nítida muestra. Del ex vendedor de autos hasta sus incondicionales se admiran ante su forma tan hábil de hacer dinero fácil, “es un tigre se doble raya” así se comenta que han llegado a expresarse de él.
Usted les cree, nosotros también.
Lo que todos ellos, y otros más, olvidan, es que Morena es un partido, o movimiento, muy distinto al de hace tres años.
Si nos vamos al altiplano, en lo que corresponde a la administración federal, el crimen no decrece, la corrupción se ha incrementado de acuerdo a cifras ofrecidas por el INEGI, la economía se enfrentará a una caída sin precedentes en la historia reciente debido al pésimo manejo de la pandemia.
Si a esto le sumamos la desconfianza generada entre la ciudadanía las cosas le pintan mal al tabasqueño.
Y ya no mencionemos la muy manoseada candidatura de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero.
Pero retornando al estado, a Veracruz, la militancia de MORENA esta encrespada.
Las desbandadas apenas inician. Cientos reclaman sus espacios, cualquiera dice merecerla y, la inmensa mayoría, presume habérsela ganado.
Todo indica que los chairos van a adoptar la encuesta como método para la selección de candidatos en este proceso electoral. Procedimiento muy diferente al 2018 cuando recurrió al sorteo, a la tómbola, para definir la mayoría de candidaturas a diputaciones y presidencias municipales; una manera muy peculiar de resolver el conflicto de ambiciones, que funciona cuando no tienes cuadros de alto perfil. Ya entendieron que la rifa de candidaturas habría sido una receta para el desastre electoral.
Quizá los tlatoanis de MORENA, ya se dieron cuenta que el método de las encuestas, con todo y sus limitaciones, resulta ser el más apropiado para un partido cuya militancia formal es minúscula, comparada con sus simpatizantes entre el electorado.
La praxis de Morena en la selección de candidatos ha causado, y otros están por brotar, uno que otro zafarrancho interno.
Lo que no se duda es que el éxito electoral de la 4T se basa en el reciclaje de cuadros del PRI, PAN y PRD. Cuando el efecto moderador de la lealtad sobre la ambición desaparece, encuesta mata militancia.
Así de sencillo.
Pobres chairos.
|
|