Al cuenqueño le ha ganado la avidez.
Apadrinado bajo las faldas de la zacatecana Rocío Nahle, ya le urge que llegue el mes de diciembre para, según él, aposentar sus enquencles glúteos en la silla principal de palacio de Gobierno.
Su ambición es sacar de la jugada al hijo de Atanasio.
La maquinaria ya la ha echado andar.
Le cuento.
Sobra decir que quien hace las veces de Secretario de Gobierno tiene la honrosa tarea de mantener en paz la entidad, es el responsable directo de la correcta marcha de la política interna del estado, en tal delicado encargo es prioridad la eficacia y la experiencia política, nada de intolerancia mucho menos represión.
Ser bien conciliador, saber convenir y negociar son las virtudes que debe tener quien sea el segundo de a bordo en el organigrama estatal.
La caballerosidad es indispensable, la mano tersa también para que los actores y grupos políticos se sienten en la mesa a dialogar. En pocas palabras debe haber carrera política.
Desafortunadamente todo lo anterior en Cisneros Burgos no existe.
Muy al contrario, el bajacaliforniano por adopción se ha peleado con todos, ha sido intransigente, su mayor virtud es poner en marcha la Ley de Garrote, pelearse con la prensa, con aquellos que no lo adulan o que no se someten a sus caprichos, a sus arranques hormonales como los que protagoniza el hijo de Atanasio.
Lo iracundo es lo que distingue al cuenqueño, es muy proclive a emitir ordenes al calor de la emoción, toma determinaciones vitales para los veracruzanos apuntalándose en su mentecita, los proyectos los elabora sobre las rodillas.
Para los veracruzanos ha sido incapaz de mantener la entidad en paz, en lo que realmente ha destacado es en las empinadas, dicho sea, en buen plan, que le propina al hijo de Atanasio. No pierde la oportunidad para exhibirlo. Goza con esas acciones. Así de sencillo.
Por si lo anterior fuera poco se ha adueñado de las posiciones más importantes dentro del organigrama estatal, sus aptitudes donjuanescas también las ha externado, se siente galán de telenovela.
Los actos de corrupción y nepotismo han sido lo suyo.
La escases de sensibilidad política le ha acarreado serios problemas.
A Cisneros Burgos el ambicionar ser gobernador sustituto a finales del presente año, lo ha enloquecido. Su ignorancia no tiene límite.
A Eric Patrocinio, le urge lavarse con abundante agua jabón no tan solo las manos, sino la boca también.
El dueño de “La Chingada” tiene la palabra, los veracruzanos no tenemos la culpa.
CASOS CONFIRMADOS.
Hasta el pasado martes el número de ciudadanos contagiados del COVID-19 en la entidad veracruzana llego a 156 y ya son 16 los fallecidos por esta enfermedad.
Según datos oficiales el 75 por ciento de las personas contagiadas viven en la región centro del estado.
Por cada caso positivo se estima que puede haber entre ocho o hasta diez, personas infectadas.
En el puerto de Veracruz son 60 casos, en Boca del Río 21, en la capital del estado 5, en Córdoba 4, en Alvarado 3, en Emiliano Zapata 3 al igual que en Amatlán de los Reyes, dos en Martínez de la Torre Medellín y Orizaba.
Con solo casi figuran los municipios de Ayahualulco, La Antigua, Úrsulo Galván, Coatepec, Perote, Fortín, Coscomatepec, Ixhuatlán del Café, Nogales, Ixtaczoquitlán y Río Blanco.
En la región sur-sureste Coatzacoalcos presenta 13 casos, Tlacotalpan 3 al igual que José Azueta, San Andrés Tuxtla 2 y con un solo caso están Tres Valles, Ángel R. Cabada,
Santiago Tuxtla, Amatitlán, Cosoleacaque y Minatitlán.
En la región norte Poza Rica y presenta 10 casos, mientras que Tuxpan 1, Chinampa de Gorostiza 1 y Tantoyuca 1 solo uno.
“PROMOVER NOS UNE”.
En esta plataforma, puesta en marcha a finales del pasado de marzo por la administración que mal encabeza el hijo de Atanasio, el piso no es parejo.
En ella se anuncia, con bombo y platillo, otorgar créditos de 10 mil pesos a los dueños de micro y pequeñas empresas, únicamente para las personas físicas o morales con menos de 50 empleados.
Solo que este beneficio no es para todos.
Uno de los más golpeados, y que no fue tomado en cuenta, son los trabajadores del volante.
Los taxistas quedaron fuera. Para la administración que mal encabeza el hijo de Atanasio ellos no tienen familia, o al menos eso se entiende.
Son más de diez mil concesionarios, y cuando menos unos cinco mil operadores, los que fueron ignorados.
Ellos, junto con sus familias, no tiene derecho a nada.
Ante la escases de trabajo y la nula circulación de efectivo han caído en la desesperación, ya no saben qué hacer.
Ya han tocado puertas oficiales, les han dado largas, por lo que la respuesta del gobierno veracruzano sigue siendo la misma, nada en concreto.
La pura vacilada.
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