De entrada una disculpa a nuestros lectores.
En la pasada entrega de nuestra columna les habíamos comentado que tomaríamos unos días de descanso y por lo tanto Barra Libre aparecería en los primeros días de enero. Pero esto es lo que nos apasiona, es nuestro mundo, nuestra ocupación, afortunadamente ya por varios años, por lo que aquí estamos, con un tema relevante.
LE CUENTO.
El todavía titular de la Secretaría de Seguridad Publica, Hugo Gutiérrez Maldonado, a mediados del mes de enero deja dicha responsabilidad para pasar a hacerse cargo de la Fiscalía General del Estado.
Sí, así como lo leyó el regiomontano será el futuro garante de tan delicada área.
Quien lo habrá de suplir es Antonio González Garza y como subsecretario llega otro regio. Ya en el escritorio del responsable de Recursos Humanos de dicha secretaría está el memorándum donde se le ordena den de alta al par de próximos servidores públicos y realizar todo en completo orden y sin mayor tropiezo.
La encargada del despacho Verónica Hernández Giadáns, dará las gracias y habrá de retornar a colaborar junto a su entrañable amigo, un tal, Eric Cisneros Burgos.
Su tránsito por la Fiscalía es sin pena ni gloria, lo que le salva es la virtud de atiborrar a los compañeros de boletines de prensa y fotos de los probables delincuentes.
Eso es todo.
Verónica, solo hizo eso, una verónica, claro hablando en términos taurinos.
Gutiérrez Maldonado es de los servidores públicos más sólidos que acompañan al hijo de Atanasio en su excéntrica tarea de gobernar, es de los pocos que ingresan al despacho del vástago del Profe sin necesidad de mediar con alguien.
Y no es por su eficacia o por los excelentes resultados entregados a los veracruzanos, no señores, es por el soporte familiar que trae desde la capital de país, por eso brinca a tan importante encargo.
Bien reza la máxima popular “suerte te de Dios que el saber poco importa”.
Provecho.
ESTEBAN RAMIREZ ZEPETA.
Hasta hace apenas unas horas este personaje era el Jefe de la Oficina del Gobernador. Bueno pues ahora ya ostenta otro cargo, de menor rango pero igualmente cerca del hijo de Atanasio.
Ya es su Jefe de Asesores.
Dicen sus malquerientes que lo torcieron en unas tranzas, en unos moches, por eso su remoción.
Lo cierto es que si en el anterior cargo no funcionaba, ahora menos.
Cuesta mucho trabajar pensar que el nacido en Las Choapas, sea tomado en cuenta, que tenga peso su opinión, sí quien realmente manda en Veracruz es un bajacaliforniano por adopción, un siniestro personaje que ya teje sus redes y escudriña en los drenajes de la política estatal en aras de encaramarse a la silla principal de Palacio de Gobierno, el próximo año.
Ramírez Zepeta no será otra cosa más que una figura decorativa ya que, sin dudar de su capacidad, difícilmente podrá imponer orden, cuesta trabajo creer que Bola Ocho lo deje maniobrar.
Que Esteban tiene juventud, es cierto, que es acomedido también es real, que es de los personajes más cercanos al hijo de Atanasio ni dudarlo, pero de allí a que sea tomado en cuenta en decisiones importantes para la administración estatal, suena más que difícil. A menos que sea para saber dónde comprarle las guayaberas al hijo del Profe o, porque no, para saber que cantante de salsa es su preferido.
Otra de sus verdades es haberle cargado la talega por muchos años a su amigo, a grado tal que fue su coordinador de logística en eso que ellos llamaron campaña.
Aun cuando el oriundo de Las Choapas sea bien intencionado, cosa que no dudamos, no habrá de faltar ese amargo interlocutor que está empecinado en empinar al hijo de Atanasio y hacerlo cometer más yerros.
Pobre Esteban.
AUTODEFENSAS EN VERACRUZ.
Ante los nulos resultados que en materia de seguridad ha otorgado el hijo de Atanasio, en el municipio veracruzano de Santiago Sochiapan surgen las policías comunitarias o en otros términos las llamadas autodefensas.
Son más de media docena de comunidades las que viven bajo el terror, en completa zozobra y hundidos en la desconfianza.
Lo único que intentan en protegerse, asistirse, salvar sus vidas.
Este municipio, enclavado en el sur de la entidad y en colindancia con el estado de Oaxaca, vive en completa inseguridad, sin calma y bajo la constante amenaza de muerte.
Los niños ya no pueden salir a jugar con tranquilidad, los jóvenes han abandonado las aulas, los campesinos las parcelas y las amas de casa cocinan lo poco que les queda.
Lo que predomina es el terror, la delincuencia y las amenazas hacia los vecinos.
Lo cierto es que en Santiago Sochiapan, los pobladores se han armado, como única solución y ante la total desconfianza hacia las autoridades, para hacerle frente al crimen.
Vaya suerte.
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