La sequía que priva en materia de impartición de la justicia en nuestro país es elocuente, de ahí que si revisamos la resoluciones de las controversias que se han pronunciado en las materias civil, penal , administrativa y demás materias, se demostraría , de manera palmaria , que la desconfianza en los jueces, magistrados y ministros se las han ganado a pulso y nadie les disputa las injusticias que tiene a la sociedad en la incertidumbre y la desconfianza más profunda, de ahí la criminalidad y su complicidad.
Tenemos todas las leyes habidas y por haber, pero hace falta la voluntad jurídica efectiva para aplicarlas sin contemplaciones y quien no lo haga, se le apliquen sanciones enérgicas para que esas violaciones no se vuelvan a cometer de por siempre, porque de lo contrario es un cuento de nunca acabar, y la percepción, se convierte en realidad plena de que de nada sirven las instituciones de justicia que tanto cuestan al pueblo.
Para puntualizar lo expuesto, solo de manera enunciativa , daremos a conocer algunos asuntos que zahieren la conciencia social y que fortalecen la desconfianzas en las instituciones jurídicas, y, por demás cursos que se organicen, -supuestamente para capacitar en las diversas materias-, solo conlleva a acreditar la ineficiencia, o bien las complicidades, pues en tanto la ley habla de principios de excelencia, objetividad , imparcialidad, profesionalismo e independencia, en la práctica no se da por el temor de perder la chamba o quedar en evidencia en la sociedad.
Si , por ejemplo, el Consejo de la judicatura federal o el senado de la república – esto es extensivo a todas los consejos de este nivel de los Estados- actuaran con responsabilidad y eficiencia en el ejercicio de la disciplina jurídica, México no viviría en la inseguridad jurídica y así se ha demostrado con las varias sentencias que la ONU o bien la corte interamericana de derechos humanos ha dictado en contra nuestra, que habla de incapacidad o bien de irresponsabilidad de quienes ha sido dotados de ese poder , sin que hasta ahora haya consecuencias, es decir, no sabemos de nadie de ellos que esté en prisión o bien que haya sido destituido.
Se espera que ahora que se anuncia la cuarta transformación de la nación, a efecto de retomar la confianza en las instituciones, conozcamos la verdad de lo acontecido con los casos emblemáticos de la maestra Elba Esther Gordillo o bien de Napoleón Gómez Urrutia que, después de tan prolongados juicios fueron exculpados por las autoridades jurisdiccionales y sancionar a los jueces que no hicieron su tarea de manera adecuada y responsable, ello para que ya no existían repeticiones de esa criminalidad, que llevan a la sociedad a vivir en la desconfianza más profunda.
En los casos, también, de la periodista Lilia Cacho que fue ultrajada por las autoridades de Puebla , empresarios y políticos , la ONU ha condenado al país a que se haga justicia y se abra el expediente y se castigue a los responsables, además de que se cubra una indemnización por los daños causados, y sobre todo, en cuanto a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa que se actúe contra el juez de la causa y el magistrado unitario que participó, cuando un tribunal colegiado de Tamaulipas , observando la Constitución del país, tratados internacionales y los protocolos firmados por el país , han ordenado que se abra la investigación y se castigue a los responsables,
en donde, deben estar incluidos , no tan solo la procuraduría General de la República, sino también los togados que, han puesto en evidencia la impartición de la justicia y han dañado a la sociedad para, después de cuatro años , echar abajo lo investigado.
Todo lo anterior viene a colación cuando el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Luis María Aguilar Morales llamó a los jueces y magistrados del país a defender y sobre todo practicar los principios de excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo e independencia que en los hechos garanticen el derecho humano a una justicia pronta, completa e imparcial”, acotando, además ,”en cada sentencia emitida por un juzgado, por un tribunal, se escribe una parte del presente y futuro de México, porque, en suma, también construimos la democracia.”
Palabras que se oyen bien y bonito a manera de retórica, pero que es la práctica ,constituyen la negación más prístina de la injusticia que crece cada vez más, cuando los jueces, al resolver los amparos, lo hacen para efectos lo que prolonga la vejación a los derechos humanos , es decir, les tiemblan las piernas y demuestran su poca voluntad de actuar , a afín de no perder las prebendas y privilegios que gozan.
En tanto en otros países, - Colombia, por ejemplo- los presidentes de las Cortes han sido enjuiciados así como jueces y magistrados, en México vivimos en la anorexia de la irresponsabilidad, pero nos llenamos la boca con expresiones sibilinas limacobos@hotmail.com
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