La margarita de la corrupción se está deshojando, así lo demuestra la caída estrepitosa que lleva a que Felipe Calderón Hinojosa retire a su esposa de la contienda electoral del 1 de julio próximo, pues con independencia de que los candidatos que no tienen partido tienen que sudar la camiseta, el reto estaba visto y nadie se puede llamar a engaño, salvo el tribunal electoral del poder Judicial de la Federación que pese al fraude ,lo avala de manera por demás descarada.
Se ha hecho un escándalo mediático, pero sencillamente lo que sucede es que la señora Margarita Zavala de Calderón no resistiría la embestida de quienes fueron dañados con el comportamiento criminal que afloró durante el gobierno de su esposo,- cuya presidencia es producto de un escandaloso acto de corrupción y fraude electoral que, al asumir el cargo y para legitimarse,- vistiendo el uniforme verde olivo que es exclusivo del ejército-, declaró la guerra en el país que lo tiene ahora convertido en un cementerio nacional.
Sabedor Calderón de lo ilegítimo de su gobierno y sin la mínima experiencia en el arte del buen gobierno, lanza al ejército a las calles para atacar , supuestamente, al narcotráfico y ahora, se vive la peor tragedia , por lo mismo, el acto de su esposa de participar como independiente a la presidencia de la república, solo evidenciaba un afán descomunal de obtener el poder , pensando que, siendo el pueblo tan olvidadizo, no cobraría la afrenta que ha sufrido y sufre la nación, a consecuencia de su gobierno.
Sin embargo, este descomunal cinismo llega a la tragedia ya consumada y el maridaje del presidente Calderón con Peña Nieto es más que evidente y los hechos lo acreditan. En principio dividió al Partido Acción Nacional al designar al Senador Cordero como presidente del senado en contra de la decisión de Ricardo Anaya al darse la confrontación con Calderón y luego, al utilizar a la Procuraduría General de la República para desacreditarlo como candidato, al hacerlo aparecer como lavador de dinero, lo que, al no cuajar, se impulsa a Margarita Zavala y por otro lado, se designa a José Antonio Meade , como candidato príista, trama que no ha cuajado y que denota falta de escrúpulos de sus participantes.
El objetivo esencial es parar a López Obrador- el facciosa y criminal uso de los niños no tiene desperdicio- en su pretensión de llegar a la presidencia de la República pues ante los pronunciamientos inusitados que ha hecho, como terminar con la corrupción,- en la que Peña Nieto y su equipo está involucrado-, revertir la reforma educativa, revisar las concesiones que se han dado en materia energética- agua, luz, Pemex- y sobre todo, suspender un aeropuerto que, técnicamente es un peligro para la ciudad de México pero que representa un gran negocio para un reducido grupo de empresarios y políticos que harán uno de los grandes negocios especulativos en perjuicio de la nación, pero con los recursos de los mexicanos, sobre todo, los fondos de los trabajadores.
La lucha político electoral está declarada y no hay vuelta atrás y solo existen dos productos en conflicto, o se sigue privilegiando a la corrupción e impunidad,- representada por Ricardo Anaya –
PAN. PRD Y MC- y José Antonio Meade –PRI-VERDE Y NUEVA ALIANZA-, que es más de lo mismo, o se opta por el camino de la regeneración nacional que es , en principio, terminar con el lastre que la corrupción e impunidad han hecho de esta nación en que, en alianza de aempresarios y políticos voraces acaban con la riqueza nacional , o, por el contrario, abriendo espacios para el empoderamiento de la nación en los cambios profundos que se exigen, o cómo salvar al país de la desgracia en que viven, cerca de sesenta millones de mexicanos. El reto es enorme , pero alguien tiene que empezar porque es urgente.
No es casual que la ONU ,la OEA, así como el informe de Open Society Justice Inititive y cinco de sus asociados afirmen que “existen fundamentos razonables para considerar que tanto las fuerzas gubernamentales de México, como el cartel del narcotráfico de los Zetas han cometido, a lo largo de la última década, crímenes de lesa humanidad contra la población civil”, lo que califican de atrocidades innegables de lesa humanidad, que son precisamente los regímenes de Calderón y Peña Nieto. Si se quiere más sangre y criminalidad, la ocasión la pintan calva.
De acuerdo con lo anterior preocupación de organismos internacionales, toca ahora a la ciudadanía mexicana marcar el rumbo y el despertar tiene que ser completo para que el nuevo amanecer sea sin sobresaltos.
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