Lo que tenía que suceder , sucedió, pues los contrincantes de López Obrador en la contienda electoral le echaron montón, y no podía ser de otra manera , pues la lucha está, - entre más miseria, desigualdad , criminalidad, etcétera, más de lo mismo-, o un cambio profundo que prepare el camino para un México más justo.
El debate organizado por el Instituto Nacional Electoral, es novedoso y se reflejó una mejor forma de cuestionar, aunque el tiempo dedicado fue poco, propicio para que un merolico se luciera un experto en este tipo de guiones, sin embargo, el puntero de las encuestas se mantuvo firme e indeclinable en su decisión de atacar la corrupción e impunidad y hacer del gobierno, no el de una minoría privilegiada, ante un pueblo miserable, contrario a lo postulado por Ricardo Anaya o José Antonio Meade que no quieren que nada cambie, menos la corrupción e impunidad en están inmersos
Se vio a un López Obrador austero, digno de un estadista, sin aspavientos contestó en la forma que le interesa, que no es otra que reafirmar sus ideas de fortalecer a la nación por encima de los intereses de quienes, al amparo de la corrupción y la impunidad, han convertido al país en una piltrafa humana, con un crecimiento sumamente raquítico que hace los ricos más ricos y a los pobres en miserables.
Vimos a un Anaya, cual merolico de plazuela y sus claros dotes oratorios, enfocar sus baterías contra López Obrador sin lograr sacarlo de sus casillas, pues si bien el puntero desdeño algunos cuestionamientos que podría haber explicado, eran meras minucias que no van al fondo para atacar las necesidades a que se enfrenta la nación, pues más que nada versó en cuanto a personas que se han sumado a favor de éste y que obviamente son incómodas para el candidato de frente y más ahora con la salida del gobernador de Michoacán, que presagian su desmoronarse.
El candidato de Peña Nieto , José Antonio Meade, desaprovechó la oportunidad de deslindarse de su tutor, porque se le brindó la oportunidad cuando se manejó la corrupción e impunidad que ha imperado en este gobierno, puesto que se ha elevado a nivel tal, que se considera al país más corrupto del mundo , sin que explicara cómo, que siendo secretario de Hacienda con Calderón y Peña, permitió que más de catorce gobernadores, príistas y panistas, - hoy perseguidos jurídicamente- desviaran cientos de millones de pesos y más aún que Rosario Robles, haya organizado un sistema con empresas fantasmas con una desviación de más de mil setecientos millones de pesos, por lo mismo su candidatura está condenada al fracaso.
Al centrarse los candidatos contenientes a López Obrador, en cuestionar el perdón o la amnistía a los delincuentes, - ignorantes al fin- desconocen que el nuevo sistema de justicia penal premia y le interesa no el encarcelamiento al imputado o delincuente purgue la condena en la cárcel, si no en que se reparare del daño causado pues demostrado está, que las cárcel son excelentes escuelas para que se acentúen ,de mayor forma, el espíritu delincuencial y criminal, pero jamás su regeneración, y ya se ha visto que la procuraduría justicia privilegia los actos preparatorios que conducen al sobreseimiento del juicio, pues la locura del candidato
independiente Bronco Rodríguez, de mutilar al delincuente, evidencia su desquiciamiento, pero de esto mejor ni hablar.
Se puede decir, en síntesis, que las preferencias electorales a favor de López Obrador, no se verán mermadas con este debate , pues mantuvo la posición de siempre, que es profundizar para que en el país se inicie un cambio con serenidad y armonía, - que no se rompa ni un vidrio-nada de confrontación que solo apuran el enriquecimiento de los de siempre, porque echar más gasolina al fuego o no detener la inseguridad, lleva al precipicio. limacobos@hotmail.com
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