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XALAPA.- A pesar de que las cinco solicitudes de amparo presentadas en contra de la prórroga del rector Martín Aguilar fueron desechadas el pasado 30 de octubre, el doctor Miguel Casillas lamentó que el fallo deja en el desamparo a los universitarios y representa una nueva muestra del deterioro del sistema judicial en México: “la justicia en México es una burla”, aseguró. Sin embargo, el académico precisó que la resolución del Tribunal Colegiado de Circuito no avaló la prórroga del rectorado de la Universidad Veracruzana (UV) y tampoco analizó el fondo de las denuncias ni atendió las presuntas violaciones legales y de derechos humanos señaladas por la comunidad universitaria. Dijo que el sistema judicial y sus integrantes “están al servicio de los poderosos, con frecuencia desprecian a los ciudadanos y los dejan a merced de muchas arbitrariedades”. De acuerdo con los juristas Cuevas, Romero y Ramírez, la resolución del tribunal “no resolvió el fondo del juicio de amparo promovido” pues no analizó las violaciones a la normatividad universitaria ni las atribuciones que la Junta de Gobierno se adjudicó de manera irregular. El fallo se sustentó únicamente en el criterio de considerar a la Junta de Gobierno como una instancia no revisable en virtud de la autonomía universitaria. “Evidentemente, los magistrados ‘se lavaron las manos’ y eludieron respaldar a los universitarios en su sed de justicia. Se declararon incapaces de defender las leyes de la universidad y de respaldar a una comunidad indignada”, aseguró Casillas. Por su parte, la académica Marisol Luna consideró que el Tribunal Colegiado “debió declarar infundadas las quejas interpuestas por la Junta de Gobierno y el rector espurio, y ratificar la admisión del amparo que en su momento hizo la juez del Juzgado de Distrito”. De haberse actuado conforme a derecho, el caso habría regresado al juzgado en Xalapa para celebrar la audiencia constitucional y analizar el fondo del asunto, es decir, los agravios contenidos en las demandas. “Sin embargo, el Tribunal canceló la vía jurídica para el reclamo universitario”, lamentó. Casillas aseguró que la decisión del Tribunal dejó en la indefensión a la comunidad universitaria que enfrenta “la imposición y el abuso de un tirano” y a una Junta de Gobierno que “viola sistemáticamente las leyes y desprecia su propio reglamento interno”. Refirió que los magistrados actuaron como si “no vivieran en Veracruz ni escucharan el clamor generalizado” contra la prórroga en la UV, ignorando las voces de exintegrantes de la Junta de Gobierno, cuatro exrectores, académicos reconocidos, juristas, abogados, estudiantes y trabajadores que han manifestado su rechazo a lo que califican como una extensión ilegal e ilegítima del mandato rectoral. “Pretextando la autonomía universitaria los magistrados fueron incapaces de hacer valer la Ley de Autonomía, la Ley Orgánica y otros ordenamientos legales”, aseguró. “Si no son los jueces y magistrados quienes respaldan el cumplimiento del orden legal universitario, ¿quién tiene la autoridad legítima para frenar un abuso y un atropello como el que ocurre en la universidad?”, cuestionó. Casillas recordó que los movimientos universitarios en México nunca han necesitado del aval del Poder Judicial para alcanzar sus conquistas de dignidad y justicia. “Los amparos fueron una solicitud al Poder Judicial para que coadyuvara al restablecimiento del orden legal en la universidad, pero dicha solicitud fue ignorada”, aseguró. A pesar del fallo, el movimiento universitario que rechaza la prórroga en la UV continúa. “Los universitarios siguen luchando por el respeto a las leyes, por las prácticas institucionales que ordenan la renovación periódica de la rectoría”, reiteró. El académico subrayó que la movilización es amplia y diversa, integrada por estudiantes, profesores, trabajadores, jubilados y egresados que, “indignados frente al abuso y el atropello, defienden a su institución”. “La lucha sigue”, concluyó Casillas. “La comunidad universitaria no dejará de exigir respeto a la ley ni permitirá que la autonomía se utilice como pretexto para perpetuar la arbitrariedad”, concluyó.
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