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Xalapa, Ver.-
Nueve días después del desbordamiento del río Cazones, en la colonia Gaviotas 1, el olor a descomposición domina el ambiente. Entre el hedor y la desesperanza, en esta colonia de Poza Rica, encalan animales muertos tras inundación. En las calles donde el agua llegó hasta los techos, los habitantes tratan de rescatar lo poco que quedó de sus hogares y pertenencias desde la inundación del viernes 10 de octubre. Los restos de mascotas, aves de corral, cerdos y ganado quedaron atrapados entre el lodo y la basura. Los vecinos improvisan medidas sanitarias: esparcen cal sobre los cuerpos en descomposición para mitigar el olor y evitar enfermedades. “Aquí no ha llegado ninguna autoridad a limpiar. Sólo vinieron a hacer el censo de Bienestar, pero no hay brigadas, ni maquinaria, ni agua limpia. Todo huele muy mal, ya empiezan a podrirse las cosas que no pudimos sacar”, relata Luz María Hernández, vecina de la calle Cazones. La colonia, una de las más afectadas por la corriente, permanece entre montones de lodo y desperdicios. Refrigeradores, colchones y muebles hinchados por el agua se amontonan a las orillas de las calles, mientras la basura fermenta bajo el sol y amenaza con agravar los riesgos a la salud. En los alrededores se escuchan los motores de tractores y camiones de volteo, pero estos aún no llegan hasta las zonas bajas de Gaviotas 1 y 2. Los trabajos se concentran en colonias vecinas como Independencia y Poza de Cuero, donde la limpieza avanza lentamente. A la espera de que arriben brigadas del Ejército o de Conagua, los habitantes se organizan por su cuenta: limpian, escarban entre los escombros y tratan de rescatar documentos y utensilios que aún puedan servir. “Estamos sobreviviendo gracias a los amigos, a la familia que nos da de comer o dónde dormir. Aquí seguimos, resistiendo y esperando que alguien venga a ayudarnos”, comenta otro vecino, cubriéndose el rostro con un pañuelo ante el hedor.
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