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Xalapa, Ver.- Si bien en cualquier democracia es normal que haya tensiones entre los distintos poderes, y que en México en distintos momentos de la historia ha habido críticas entre ministros y el presidente de la República, lo que es inédito es el nivel de esas críticas expresadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador en contra de ministros de la SCJN, actitud que ha sido replicada por gobernadores, legisladores y dirigentes de su partido, asume Laurence Pantin, coordinadora del Programa de Transparencia en la Justicia de México Evalúa, que junto con otros investigadores, refieren que el presidente Andrés Manuel López Obrador impulsa un discurso de odio en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y de algunos de los ministros que integran su pleno, lo cual junto con su resistencia a acatar las decisiones del Poder Judicial es preocupante por lo inédito de los ataques, porque constituyen un ejemplo a seguir por sus seguidores y porque puede derivar en el rompimiento del orden constitucional, además de que ya está rebasando límites, plantearon. En ese contexto refiere que tan sólo en el primer trimestre de 2023, el mandatario hizo al menos 30 señalamientos en contra del Poder Judicial, la Corte y en contra de la ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández. “Esto sí nos debe de preocupar, porque hay una intensidad inédita en esos ataques, además de que trae consecuencias, por ejemplo, incentivar a otros actores a organizar manifestaciones en donde se dan amenazas incluso a la vida de la presidenta de la SCJN”. Francisco Burgoa, profesor de Derecho Constitucional en la UNAM, destaca que ese discurso de odio se ha comenzado a replicar en el interior del país y en la capital por funcionarios, legisladores y seguidores del presidente, cuando lo único que han hecho los ministros es defender la Constitución, haciendo uso de las facultades que les confiere para hacer frente a actos de autoridad que no se encuentran de conformidad con el marco legal vigente. “Son una serie de palabras, expresiones, manifestaciones que están promoviendo la violencia e incitando a la ciudadanía que tiene simpatía con la 4T con el propósito de seguir atacando al poder Judicial, especialmente contra la Corte y los ministros que han ejercido sus facultades con autonomía”. Indica que esa narrativa se explica porque no han podido someter a ministros de la Corte a la 4T. “Ese es el fondo del asunto”. Si el objetivo real fuera impulsar una reforma al Poder Judicial ya se estaría analizando un estudio serio de cómo se va a mejorar la impartición de justicia en todos sus niveles, abunda. De acuerdo con el académico, Morena no está interesado en mejorar o fortalecer el sistema de impartición de justicia; “lo que quieren es tener un poder judicial a modo”. El miércoles pasado, durante la sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en la que se presentó una iniciativa para que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), así como magistrados de circuito y jueces de distrito, sean electos por voto popular, el diputado federal de Morena, Alejandro Robles, dijo: “vamos a obradorizar el poder Judicial”. Al respecto, el académico comenta que esa es la más clara expresión de sinceridad o cinismo de Morena que no busca mejorar al Poder Judicial sino someterlo al Ejecutivo. “Quiere tener un hiperpresidencialismo, donde una sola persona desde el Ejecutivo tenga, bajo su mando al Poder Legislativo y al Judicial”. Laurence Pantin recalca que la animadversión no ha quedado solo en el discurso; ha habido comunicados oficiales en los que se crítica a la SCJN, por ejemplo, cuando se conoció un proyecto de sentencia del ministro Alberto Pérez Dayán. Además, el mandatario ha reaccionado a resoluciones de la SCJN con la amenaza de mandar una iniciativa de reforma constitucional para cambiar la forma en que deben elegirse los ministros. “Es una actitud que no es democrática y pone en riesgo el Estado de derecho. Por eso nos debe preocupar”, expuso. Por su parte, Francisco Burgoa, enfatizó que la SCJN es la defensora de la Constitución, para que sus principios fundamentales, como la división de poderes, sean una realidad. Además, es la defensora de los pesos y contrapesos que garantiza el equilibrio entre poderes. Si la SCJN se deja presionar e intimidar, prácticamente dejamos de tener división de poderes y esto se convertiría en un sistema político donde el presidente controlaría todo en la vida pública y transitar hacia una dictadura, añadió. El papel que tiene la SCJN, dijo, es fundamental para preservar el orden constitucional, convencional y legal.
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