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XALAPA.- Según la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), las empresas distribuidoras se unieron de manera voluntaria al programa anti inflacionario lanzado por el gobierno federal, con el objetivo de contener el encarecimiento de mercancías básicas a través de mecanismos de mercado, pero se debe estar alerta para que la medida no se transforme en control de precios, lo cual “sería desastroso”, considera Vicente Yáñez, presidente de la organización. Y es que asume que cada tienda adherida al Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC) “va a poner de acuerdo a sus capacidades”, además de que se buscarán acuerdos con toda la cadena de valor (productores, transportistas y los puntos de venta al consumidor final) con el objetivo de mejorar la eficiencia de todo el proceso y tener margen para reducir los costos a consumidores finales. En ese sentido, el presidente de la ANTAD reiteró que hasta ahora la medida en que participan los distribuidores consiste en mantener el precio de una canasta de 24 productos, a través de mecanismos de mercado y desregulación, que reduzcan los costos de operación a las empresas para que éstas a su vez lo trasladen a los consumidores. Sin embargo, “lo peor que pudiera pasar” es que el PACIC se torne en un control de precios. Yáñez sostiene que si bien la inflación afecta a la población más pobre, y absorbe cerca de la mitad de los ingresos de la mayoría de los mexicanos, también golpea las perspectivas de crecimiento del negocio que representa. La ANTAD estima que al cierre de 2022 sus ventas aumenten hasta 4.3 por ciento en las tiendas que ya tienen más de un año operando y 7.1 por ciento una vez que se consideran las nuevas aperturas. Ambas previsiones de crecimiento son en términos nominales, por lo que una vez incorporada la inflación éstos resultados pueden ser negativos.
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