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XALAPA.- Como es más fácil culpar a los de enfrente que ser autocrítico – solo el diputado federal morenista Porfirio Muñoz Ledo reconoció que el desaire de los mexicanos a la consulta popular demostró que ésta no era más que una ocurrencia -, tras el estrepitoso fracaso de la misma, y luego de los videos difundidos en las redes sociales donde se observa a funcionarios de casilla rellenando urnas en Orizaba, al igual que la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez culpó al Instituto Nacional Electoral, INE, del fracaso de la consulta. De paso, lo acusó de que no está dando resultados por permitir prácticas fraudulentas. “El INE ya no está a la altura, sigue permitiendo fraude en las casillas, el responsable de organizar esta consulta es el INE y si hay algún asunto como ese, lo tiene que resolver la autoridad electoral, para eso se gasta tanto dinero en el INE y tribunales electorales, tienen que resolverlo, tiene que quedar claro”, aseguró el mandatario. En ese sentido, el gobernador García consideró que “las estructuras del poder que dejaron los ex presidentes (de la república), y que permanecen, actuaron en su defensa”. El gobernador morenista dijo que el INE “está demostrando inoperancia ante los nuevos retos democráticos que se le exigen; (por lo que) el Congreso de la Unión deberá tomar cartas en el asunto”, advirtió. Durante su conferencia de prensa de este lunes, García Jiménez fijó su posicionamiento en contra del Instituto y su desempeño en la organización de la consulta popular, y acusó que protegió a los ex presidentes. Reiteró que en este primer ejercicio nacional “el INE no estuvo a la altura, el intento por desalentar la participación ciudadana, mover y quitar casillas de último momento, desorientar en las casillas, no instalar casillas para ciudadanos en tránsito; en Veracruz, el solo instalar un tercio de las mismas y dejar a 30 municipios sin ninguna casilla siquiera, lo dejan muy claro”. Por último, el gobernador García concluyó que el INE intentó desalentar la participación ciudadana al establecer un menor número de casillas para la recepción de la opinión de los ciudadanos y al cambiar “de último momento” las sedes de las mesas receptoras. Así las cosas.
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