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XALAPA.- Las cosas no siempre resultan como se piensan y una de ellas puede ser la intimidación fiscal que practica el actual gobierno federal como forma de incrementar la recaudación tributaria. Hubo un aumento en los ingresos federales por concepto del Impuesto Sobre la Renta (ISR), que el gobierno de la Cuarta Transformación festina, el cual se impulsó por actitudes intimidatorias del gobierno federal. Pero esto podría provocar un efecto negativo en la recaudación fiscal en el mediano plazo e incluso impedir el crecimiento económico al desalentar la creación de nuevos negocios, alerta el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP). Advierte que a mediano plazo, la insuficiencia de la recaudación tributaria puede llegar a 2 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), si se mantiene esa política intimidatoria, lo cual se puede traducir en una baja de la recaudación tributaria en unos 500,000 millones de pesos respecto a lo presupuestado para el 2021, alrededor de 2 puntos porcentuales del PIB. “Hay elementos jurídicos que se han desarrollado recientemente que podrían ser sumamente intimidatorios para los contribuyentes. Es la combinación jurídica del fortalecimiento de la ley de extinción de dominio, la ampliación de los delitos que merecen prisión preventiva de oficio y la equiparación de la defraudación fiscal a delincuencia organizada. Todo eso realmente constituye un arsenal sin precedentes en poder de la autoridad”, acusa el CEESP. Este organismo aglutinado en el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) refiere que basado en los datos de la Secretaría de Hacienda, se argumenta que debido a la eficiencia recaudatoria y cobranza sin necesidad de judicialización el fisco obtuvo 112,300 millones de pesos en el primer trimestre del presente año, 31,400 millones de pesos más que un año antes, y más del doble que los mismos periodos de tres años precedentes, cuando promedió 53,000 millones. El crecimiento lo atribuye a “que los contribuyentes han sido objeto de presión importante para pagar sus adeudos bajo la amenaza de ser denunciados por la comisión de delitos fiscales” y que estas presiones están además respaldadas por “hay elementos jurídicos que se han desarrollado recientemente que podrían ser sumamente intimidatorios para los contribuyentes”. Esto, que llevó a elevar la recaudación tributaria, a la larga “el efecto en la recaudación sería negativo … al disuadir el crecimiento o la creación de negocios”. A mediano plazo, prosigue, se puede anticipar una insuficiencia de los ingresos tributarios respecto a la situación de 2020 y el primer trimestre de 2021, debido a varios factores como: el agotamiento de las fuentes no recurrentes; los límites de la fiscalización y eficiencia recaudatoria, que hasta ahora han aumentado la recaudación con base en casos acumulados que se agotarán paulatinamente. Además de la probable lentitud del proceso de recuperación hacia una economía que vuelva a crecer al menos al ritmo que lo hacía hasta antes de su caída de 2019, ante la baja inversión; los efectos de la desaparición de empresas en la crisis; y la posible transitoriedad del relativamente elevado precio del petróleo.
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